ANÁLISIS

Los 'hereus' de Messi

Todos los indicios apuntan a que la cantera está alumbrando una de esas generaciones que parecen llamadas a ser históricas

Araújo y Mingueza felicitan a Messi tras un gol al Valencia.

Araújo y Mingueza felicitan a Messi tras un gol al Valencia. / Lluís Gené / Afp

Antonio Bigatá

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Madrid cruje con la convicción cada vez más extendida de que Zidane y Florentino no saben aprovechar el talento joven que contratan insistentemente, pagando mucho dinero, desde hace media docena de años, para intentar rejuvenecer al equipo. Vinicius, Rodrygo y Odeggard son los tres últimos intentos de incorporar al once titular a unos casi niños tratados y reverenciados como figuras pero que, por lo menos de momento, se están quedando más bien a medio camino.

La lista de los fichajes de chicos brillantes foráneos con 20 años empieza a ser larga, pero desde que llegaron Asensio y Valverde los que les han seguido son gente que entra y sale rápidamente, marcha cedida o se pudre en el banquillo pese a que fueron recibidos por la prensa adicta con trompetas y tambores junto al tradicional calificativo de que eran el  "futuro Messi blanco". Achraf, Brahim, Lunin, Luka Jovic, Dani Ceballos, Vallejo y Militao son ejemplos de ello. Alguno todavía está a tiempo de enderezar las cosas pero por el momento cada día está más claro que han dejado de ser grandes ilusiones colectivas del graderío del Bernabéu.

Lo que más duele y preocupa en el entorno blanco es que estas duchas de agua fría coinciden con lo que paradójicamente está sucediendo en Barça, donde todos los indicios apuntan a que la cantera está alumbrando una de esas generaciones que parecen llamadas a ser históricas. La Masia siempre moldea buenos jugadores, pero en esta ocasión parece parirlos especialmente brillantes, están bien cocidos y a punto precisamente cuando las circunstancias generales de la entidad favorece que empiecen a llegar a las puertas del primer equipo cuando son necesarios. Otro dato esencial es que eso se produce cuando llevan las riendas deportivas de la casa unas personas tan desacomplejadas respecto a si la corta edad es un hándicap como Ronald Koeman.

Bendita crisis

Quizá pronto tendremos que dar las gracias al cielo por la bendita crisis general que está dando oportunidades -no minutos basura testimoniales- muy cualificadas a Ansu Fati, Pedri, Mingueza, y Araujo, mientras otros chicos, como Illaix y Konrad, parecen tomar posiciones cerca del punto de despegue. En ese contexto, resulta desconcertante la desubicación de Riqui Puig, aunque muchos seguidores empiezan a pensar que, como sucedió en Cornellà, cuando dirige al equipo ofrece más bien burbujas atractivas que consistencia. Ya se verá. En cualquier caso todavía es pronto para saber si lo que está naciendo, lo que tal vez podremos bautizar como los Hereus de Messi o la Quinta PostMessi, acabará consolidándose de verdad y a altísimo nivel sobre el césped.

Messi y Fati acaban de celebra un gol del Barça al Villarreal en el Camp Nou.

Messi y Fati acaban de celebra un gol del Barça al Villarreal en el Camp Nou. / FCB

Otra incógnita es si la directiva que saldrá de las próximas elecciones tendrá la sensatez, la visión y la fuerza necesarias para preservar a esa generación de promesas de los buitres multimillonarios de la Premier o el PSG, esos que con tanta frecuencia -y éxito- revolotean por encima de Can Barça para quitarle lo que puedan. Esa presión externa amenaza a una de las prioridades barcelonistas de cara al futuro: que no se desestabilicen las políticas económicas contenidas que intenta aplicar el club para no tener que volver a plantearse después operaciones como la repesca de Piqué, hace unos años, o la que ahora se intenta con Eric Garcia.

l futuro se hace a partir de una progresiva consolidación de los mejores valores del presente. Ese es el reto del Barça de esta temporada, que progresa regularmente aunque con demasiados trompicones (¡qué noche la de Cornellà!) y mostrándose como poco capaz de conseguir a corto plazo triunfos importantes. Es imprescindible que haya paciencia con los jóvenes jugadores que emergen mientras se rebaña el máximo rendimiento y regularidad a los que están en declive y se estimula a los que, como Griezmann y Dembelé, en su madurez dan menos de lo quje prometían. La masa social blaugrana debe cooperar en ese empeño entendiendo bien la jugada. Sin ocupar la grada debe saberle hacer llegar al equipo que le apoya como siempre en este momento que es como nunca. Es el único camino.

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