ELECCIONES EN CATALUNYA

Incultura democrática

A algunos les puede parecer un tecnicismo, pero cuando no se respetan los procedimientos las democracias se van por el desagüe

El vicepresident del Govern amb funcions de president  Pere Aragones  signant el decret que deixa sense efecte la convocatoria d eleccions del 14 de febrer  15 de gener del 2021  (Horitzontal) Ruben Moreno   Presidencia ACN

El vicepresident del Govern amb funcions de president Pere Aragones signant el decret que deixa sense efecte la convocatoria d eleccions del 14 de febrer 15 de gener del 2021 (Horitzontal) Ruben Moreno Presidencia ACN / ACN / PRESIDENCIA / RUBÉN MORENO

Joaquim Coll

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El lío sobre la fecha electoral es consecuencia de la doble incertidumbre que vive Catalunya. La derivada de la pandemia, como ocurre en todo el mundo, y la que arrastramos aquí desde hace años fruto de la descomposición política e institucional. Ante la incertidumbre sanitaria hay argumentos atendibles para aplazar las elecciones del 14-F, aunque los datos también indican que ya se ha superado el pico de la tercera ola y que la presión asistencial va a ir mejorando. La situación es gravísima, sin duda, pero no estamos ante el escenario apocalíptico de la primavera pasada y el Govern ha tenido tiempo de sobra para preparar una cita con las urnas en condiciones de seguridad. Una cosa es posponer las autonómicas por prudencia, pero fijando otra fecha lo más cercana posible, como propuso el PSC que habló de votar el 14 o 21 de marzo, y otra es desconvocarlas sine die como ha hecho el Govern. El decreto firmado por el republicano Pere Aragonès, que se arroga facultades que no tiene, es un ejemplo de chapuza jurídica que está condenado a ser tumbado por el TSJC.

La nerviosa reacción de los dirigentes independentistas en contra de la decisión provisional de los jueces refleja su profunda incultura democrática. Que Oriol Junqueras hable de "un nuevo 155 encubierto” resulta patético. Donde rige el Estado de derecho la tarea de los tribunales consiste en vigilar que los gobiernos no se saltan las leyes y, menos aún, algo tan fundamental como son los procesos electorales. Además no tienen ningún pudor en mentir deliberadamente. La 'consellera' de Justícia, Ester Capella, repite estos días en los medios que el Govern ha pospuesto las elecciones cuando legalmente las ha suspendido. En el decreto se anuncia la fecha del 30 de mayo, cierto, pero condicionada y pendiente de una nueva convocatoria cuya potestad se atribuye quien no tiene facultades para ello. A algunos todo esto les puede parecer un tecnicismo, pero cuando no se respetan los procedimientos las democracias se van por el desagüe. Recuerden que Trump hubiera querido suspender las elecciones con la excusa de la pandemia.