El asalto del Capitolio

El poder del miedo

El Mago de Oz

El Mago de Oz / El Periódico

Imma Sust

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Si no salimos de casa durante el confinamiento, nos ponemos la mascarilla y nos encerramos cuando llega la hora del toque de queda, no es por miedo al virus. Es por miedo a las sanciones y a la autoridad. Igual que llevamos casco cuando nos subimos a la moto. Con lo que mola sentir el viento en tu cabeza. El miedo a la autoridad nos mantiene en raya. Esto que ha pasado con el asalto al Capitolio, me ha hecho sentir en una mala película de Hollywood. Desde cuándo un grupo puede colarse en el Capitolio sin ser tiroteados a los dos segundos, o electrocutados, o comidos por cocodrilos hambrientos. ¿Quién ha dirigido esta película tan mala? Esto no hay quien se lo crea. Eso que ha pasado, es mucho más peligros de lo que nos podemos imaginar. Donald Trump está zumbado y sus seguidores ignorantes seguramente también, pero nos han mostrado un EEUU débil y con muy poca capacidad de reacción. Parece que el mundo se ha ido de madre. Unos hacen caso de todo sin cuestionarse nada y otros salen a la calle a quemarlo todo. El miedo paraliza. No te deja pensar. El miedo da poder a los que mandan y los que mandan quieren que tengamos miedo. 

Pocas cosas se pueden hacer ahora con las restricciones, pero una de ellas es ir al teatro. Os aconsejo la nueva versión de 'El Mago de Oz' que hacen en el Condal. Dirigida por David Selvas con una bruja mala magistralmente interpretada por Elena Gadel. Una maravilla. ¿Todos conocemos la historia. verdad? ¿Qué pasa cuando Dorothy descubre que El Mago de Oz no es mago ni es nada? ¿Qué es solo un charlatán manipulador que se mantiene en el poder a base de engañar a su pueblo? Todo se desmorona y la niña mata a la poderosa bruja con un cubo de agua. Igual que los manifestantes que entraron en el Capitolio. Como Pedro por su casa. Sin miedo y sin pensar demasiado. A veces, la solución está en la simpleza y a base de manipulaciones, películas de Hollywood y mucho miedo nos han hecho creer que todo es mucho más complicado de lo que es en realidad.

Pues eso, que de repente nuestra América de Hollywood ha sido desenmascarada. El país más poderoso del mundo es un bluf. Solo cambian al mago cada cuatro años.