Obituario

Josep Fornas, una vida entre el compromiso político y la cultura

Tras su paso por UDC y ser delegado personal de Josep Tarradellas, formó parte de la directiva de ERC y fundó la editorial Pòrtic

El entonces 'president' de la Generalitat, José Montilla, entrega la Creu de Sant Jordi a Josep Fornas, en el Palau de la Generalitat, el 21 de abril del 2010

El entonces 'president' de la Generalitat, José Montilla, entrega la Creu de Sant Jordi a Josep Fornas, en el Palau de la Generalitat, el 21 de abril del 2010

Joan Ridao

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El 19 de septiembre de 2010, la Fundació Josep Irla, que presidía, realizó un merecido homenaje a Josep Fornas con motivo de su 86º aniversario. Fue aquel un año intenso, ya que en el mes de marzo el Parlament de Catalunya había organizado una exposición con carteles del denominado Fons Fornas (con carteles de la guerra civil), coincidiendo con el 30º aniversario de la restauración de la institución, y en el mes de abril le fue entregada la Creu de Sant Jordi en el Palau de la Generalitat. No en vano, su condición de gran amante de la cultura lo llevó a otra de sus grandes pasiones, además de la política: el coleccionismo y los libros de viejo. Antes de estas efemérides, Fornas llevaba una vida discreta y retirada de la política, del mundo editorial y del despacho profesional en Vilassar de Mar, su ciudad de adopción desde mediados de los años 80, donde muchas personas lo habíamos visitado en su casa, entonces muy cerca de la playa, con el solo propósito de mantener una agradable y enriquecedora conversación con él.

Josep Fornas formaba parte de una generación que había perdido la guerra, aunque por su edad no había tenido un papel activo. De forma tan silente como fructífera, sin embargo, combatió el franquismo y defendió la democracia y la cultura del país. Nacido en la calle de Gòsol de Barcelona, ​​en 1924, de padres originarios del Alt Millars. Cursó estudios primarios en diferentes centros de su ciudad y el bachillerato en el Institut-Escola Ausiàs March, creado por la Generalitat republicana, que se convirtió decisiva en su vida. No en vano allí conoció a Jaume Vicens Vives, Josep Obiols y Eduard Valentí. Una vez truncados sus estudios, primero por la guerra y luego por la derrota, no los retomó hasta ingresar en la Escola d'Agricultura en la Escola de Comerç, donde siguió los pasos de su padre, un oficial de complemento del Ejército republicano que fue represaliado. Padre e hijo fundaron en 1942 una asesoría, ubicada cerca del mismo Parlament del que años después formaría parte.

Ávido lector, Fornas, debido a una pleuresía que le recluyó durante meses en 1943, profundizó en los clásicos del catalanismo como Rovira y Virgili e ingresó en el Ateneu, donde organizó un espacio de relación llamado Demócrito, que reunía a diferentes personalidades de la clandestinidad. Lo decisivo para entrar en política fue, sin embargo, su amistad con Xavier Balagueró, a la sazón secretario general de Estat Català, a quien conocería haciendo el servicio militar. Precisamente, a través de Estat Català conectó en 1957 con militantes de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), como Anton Canyelles, e ingresó en el histórico partido democristiano.

Al servicio del 'president'

En 1961, y por medio de Joan Sansa y de Josep Andreu Abelló, entró en contacto con Josep Tarradellas. Desde ese momento y durante 16 años, hasta su regreso a Barcelona como presidente de la Generalitat restaurada, Fornas se convirtió en un estrecho colaborador suyo, que lo nombró delegado personal en el interior. Con el sobrenombre de Fontana, procuró información, contactos, publicaciones y, sobre todo, acompañó a personalidades que visitaban a Tarradellas en Saint-Martin-le-Beau. En 1977 Tarradellas, que valoró su valía y lealtad, lo designó como uno de los miembros del Organisme Consultiu de la Presidència de la Generalitat. Tras abandonar UDC, formación en la que militó durante cuatro años, pasó a militar en 1976 en Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), de cuya dirección formaría parte hasta 1986. En 1976 se había visto impulsado a dar el paso gracias a los oficios de Josep Maria Poblet y Heribert Barrera, hecho que permitió salvar el futuro de la organización al obtener un diputado, Heribert Barrera. En las primeras elecciones democráticas fue elegido diputado y nombrado presidente del grupo parlamentario de Esquerra.

Como agitador cultural, Fornas conoció todas las caras del mundo del libro. Tuvo contacto con editores (Josep Maria de Casacuberta, Joan Grijalbo ...), escritores (Avel •lí Artís-Gener, Jordi Llimona ...) y libreros (Joan Marca, Josep Sala Badal ...). Ferran Canyameres fue, sin embargo, quien le llevó hacia el mundo editorial. Y en 1963 fundó la editorial Pòrtic, con la colaboración de Rafael Tasis. El catálogo de Pòrtic hasta 1976 llegaría a unos 180 títulos bastante heterogéneos. A partir de 1978, su hija Núria se hace cargo de la editorial, hasta su venta en 1986. Desde entonces, y una vez terminada la primera legislatura en el Parlament, se consagró a su despacho profesional, al estudio, a la familia y, sobre todo, a la amabilidad con congéneres y extraños. Descanse en paz.