Pros y contras

La resistencia

Nos aferramos a la esperanza de un verano con el virus en retirada

Ochenta y tres mil mayores más solos en Navidad por el covid

Ochenta y tres mil mayores más solos en Navidad por el covid

Emma Riverola

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Se fueron los Reyes Magos y, con ellos, han acabado las Navidades más extrañas de nuestras vidas. Unas fiestas que se celebran con más o menos intensidad en la mayoría de los países del mundo. Este año, el planeta ha llorado la muerte por coronavirus de 1,8 millones de personas. Demasiadas ausencias, demasiadas lágrimas. Nombres borrados bruscamente de la lista de buenos deseos del año. No ha habido regalos para ellos. Se fue el año y llegó un enero que acumula y suma dolor. Y fatiga. La incertidumbre se alarga. Nos aferramos a la esperanza de un verano con el virus en retirada.

Sí, se han acabado las fiestas más extrañas. Para muchos, las más solitarias. Y, aun así, resistimos. Esa palabra a la que pusimos banda sonora en la primavera pasada sigue protagonizando nuestras vidas. No fue voluntario. Nadie quiso sumarse a las filas de esa resistencia sin armas ni enemigo visible, pero no quedó otra. No hay enfrentamientos heroicos, pero sí muchos héroes. También los padres y madres que estos días han tratado de preservar la ilusión de los más pequeños, regalándoles el valor del coraje. Al fin, la esperanza es más tozuda que las dificultades.