Opinión

Lucía Etxebarria

La era de Acuario y la cultura del acoso

2021 va a ser un año movidito, dicen los astrólogos y los economistas, que auguran tensiones, presiones y conflictos

-FOTODELDIA- EA3732  BHOPAL  30 12 2020 - Varias chicas indias con la puesta del sol al fondo  sostienen numeros y una jeringuilla  celebrando la llegada del nuevo ano en Bhopal  India  hoy 30 de Diciembre de 2020  EFE EPA SANJEEV GUPTA

-FOTODELDIA- EA3732 BHOPAL 30 12 2020 - Varias chicas indias con la puesta del sol al fondo sostienen numeros y una jeringuilla celebrando la llegada del nuevo ano en Bhopal India hoy 30 de Diciembre de 2020 EFE EPA SANJEEV GUPTA / SANJEEV GUPTA

En 1980 secuestraron en Bermeo a José Garavilla, pariente y amigo íntimo de mi padre. Después amenazaron a mi tío. Más tarde a mi familia. Durante años, ya no pudimos regresar a nuestro pueblo y si llegaban paquetes a casa no nos atrevíamos a abrirlos. El miedo frío y viscoso.

 1981. Golpe de Estado de Tejero. Mi hermana militaba en la LCR, y mi padre, que había militado en Izquierda Democrática en la clandestinidad, era íntimo de políticos como Gil Robles y Tierno Galván. Mi madre llorando en la cocina. El miedo deslizándose vertiginosamente por la garganta hasta la boca del estómago.

En la sede del Ministerio de Cultura, en un acto organizado con dinero público, bajo la presidencia de una autoridad pública –la Ministra de Igualdad, que aplaudía y se reía– me llamaron tránsfoba y me acusaron de haber insultado a las personas trans.

Lo siguiente fueron las amenazas en redes sociales. No poder salir sola a la calle si no era acompañada. Enviar a mi hija (perfectamente reconocible en mi barrio) a otra casa, para protegerla, no atreverme a tomar un café en una terraza a solas.

Nunca creí que íbamos a volver a aquello. Al miedo, a las amenazas, al matonismo político.

Argumentos

No van a encontrar una sola línea en mis redes sociales en la que yo insulte a nadie. Van a encontrar muchas en las que argumento contra una ley cuyo anteproyecto se presentó en el BOE el 2/3/2018, una ley que complica el acceso a la renta activa de inserción a las personas transexuales, una ley que amenaza con retirar la custodia a los padres que se nieguen a que sus hijos ingresen en tratamientos experimentales e irreversibles, una ley que pone en peligro a un colectivo más vulnerable aún que los transexuales, el de las mujeres reclusas. Mis argumentaciones han sido siempre desde la razón, no desde el insulto.

Como no podían debatir desde la razón, decidieron hacerlo desde el miedo. El señalamiento del adversario ya se considera una práctica aceptable. Una ministra ha abierto la veda de los ataques, no razonados pero sí subvencionados, contra una persona que lo único que ha hecho es demostrar los puntos débiles de una ley.

Conflictos

En China ya hay una periodista encarcelada por informar sobre el covid 19. A mí todavía no me han enviado a la cárcel. ¿Debo alegrarme por ello?

A finales de diciembre de 2020 hemos cambiado la conjunción de Júpiter y Saturno, hemos entrado en Acuario, y Mercurio está retrógrado. Esto significa conflictos económicos, revoluciones, cambios rotundos y abruptos. Equilibrio emocional irregular. Tensiones, presiones y cambios. 2021 va a ser un año movidito, dicen los astrólogos. Y los economistas. Para el 2025, China ya habrá desplazado a EEUU como primera potencia mundial.

Está claro que vivimos tiempos oscuros y violentos, y nadie lo sabe mejor que yo. En la mano de cada uno está cambiar esto. La izquierda progresista no puede ser matona y nepotista, no puede ir concediendo nacionalidades a los amiguitos y riéndose y señalando a los que no les bailan el agua, como si esto fuera un patio de colegio.

Si no cambiamos de paradigma, el 2021 nos traerá conflictos mucho más grandes que el que yo vivo. Y cambiar de paradigma significa también acabar con nuestro marco mental, y dejar de aplaudir la cultura del acoso.

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