Opinión | Editorial

El Periódico

El candidato Illa

Sánchez apunta a la desinflamación y el diálogo. Illa deberá concretar cómo quiere superar la honda división entre catalanes

GRAF1088  MADRID  23 12 2020 - El ministro de Sanidad  Salvador Illa  ofrece una rueda de prensa en Madrid  este miercoles  en la que anuncio que la vacunacion en Espana contra la covid en Espana comenzara el proximo domingo 27 de diciembre en la provincia de Guadalajara  una vez que se reciban las primeras dosis del farmaco de Pfizer el sabado  EFE  Kiko Huesca

GRAF1088 MADRID 23 12 2020 - El ministro de Sanidad Salvador Illa ofrece una rueda de prensa en Madrid este miercoles en la que anuncio que la vacunacion en Espana contra la covid en Espana comenzara el proximo domingo 27 de diciembre en la provincia de Guadalajara una vez que se reciban las primeras dosis del farmaco de Pfizer el sabado EFE Kiko Huesca / Kiko Huesca

La renuncia de Miquel Iceta a ser candidato a la Generalitat y la propuesta de Salvador Illa es un hecho relevante. Primero, porque Illa es un candidato nuevo que no estuvo en primera línea de la crisis de 2017 con la declaración unilateral de independencia y la posterior suspensión de la autonomía. También porque es una decisión que solo ha podido ser tomada con el acuerdo (o incluso el impulso) de Pedro Sánchez, pues sabida es la fluidez de las relaciones de la actual cúpula del PSC (Iceta e Illa) con el líder del PSOE. Mucho mas cordial que la de José Montilla con Rodríguez Zapatero.

Es un paso que Sánchez solo ha podido considerar cuando ha llegado la vacuna y el horizonte de la pandemia -no su realidad actual- es más esperanzador. Una gran cualidad del ministro es que ha sabido gestionar bien una crisis sanitaria que -como en todos los países- ha desbordado a los gobiernos. Illa, que ha sido muy atacado, ha huido siempre de la crispación y se ha caracterizado por unas actitudes templadas y por el esfuerzo -no siempre exitoso- en mantener la colaboración con los consejeros de sanidad de las autonomías, con independencia de su color político. Por eso en una encuesta del CIS era -pese a la pandemia- uno de los tres ministros más valorados, tras Nadia Calviño y empatado con Margarita Robles. Y en Catalunya otro sondeo del CEO le colocaba como el tercer político más apreciado, tras Oriol Junqueras y Marta Rovira, pero delante de Torra y Puigdemont.

Sánchez e Iceta creen que con Illa, ajeno a la gran crispación de 2017, el PSC tiene más posibilidades. Las últimas encuestas dan ya al PSC un incremento del voto que le convertía en el segundo partido (tras ERC) en intención directa de voto y en el tercero (tras ERC y JxC) en estimación de voto. Y en la última encuesta de EL PERIÓDICO Iceta era preferido como candidato a Borràs y Aragonès. Sánchez, un político al que le gusta jugar fuerte, debe pensar que Illa tiene opciones de llegar en primera posición, como Arrimadas en el 2017. Y que de ser así, el PSC tiene más capacidad de pacto en casi todas las direcciones.

Illa es un candidato de peso, pero deberá afinar sus mensajes. Sánchez repitió el martes en su rueda de prensa lo que ya dijo a nuestro director en una reciente entrevista: que en Catalunya todos (incluido el PSOE) se equivocaron y que la desinflamación y el diálogo son el único camino. Y en esta perspectiva enfocó los posibles y esperados indultos.

La superación de la división catalana en dos burbujas enfrentadas es una sana aspiración. A Catalunya no le conviene seguir partida en dos mitades que, a la hora de votar, tienen siempre similar respaldo electoral. Pero el candidato Illa deberá explicar cómo piensa superar esta división. No es tarea fácil pues necesita más apoyos en el electorado constitucionalista y ser considerado, al menos como una posible opción, por sectores templados del nacionalismo.

Las buenas intenciones no bastan. La célebre comisión bilateral de negociación, creada este año a iniciativa de ERC y del PSOE, ha dado casi nulos resultados. ¿Qué espera Illa, a corto plazo, de este incipiente diálogo? ¿Cree factibles fórmulas de encuentro entre el constitucionalismo y el independentismo pragmáticos? Queremos escucharle.