Lío con la margarita

Messi, en la entrevista en La Sexta.

Messi, en la entrevista en La Sexta.

Sònia Gelmà

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Messi ya deshojó la margarita en verano, y decidió. Pero no le dejaron irse y el proceso ha vuelto a empezar, con nuevos ingredientes. Aquellos que tenemos asumido que el argentino se irá a final de temporada vimos ciertas señales en la entrevista de Évole que nos confirman que mantiene su decisión. Por ejemplo, preguntado por la posible vuelta de Neymar, recuerda que el club no tiene dinero y que va a ser difícil volver a ser competitivos, porque para eso hace falta 3 o 4 jugadores importantes. Una visión realista del Barça actual y un diagnóstico no muy diferente al del verano respecto al equipo. Sobre la posibilidad de volver a jugar junto a Neymar, en ningún momento desmintió que pudiera ser en París, como sí hizo con el Atlético. Por cierto, seguro que como a nosotros, tampoco a Messi le habrá pasado desapercibido que el PSG ha fichado un argentino como entrenador.

Sin embargo, cada uno elige el filtro con el que interpretar la entrevista y los que creen que Messi lo verá todo diferente en verano pueden aferrarse a la literalidad de sus palabras. No va a decidir ahora. Quizá precisamente la eliminatoria ante el PSG pueda ser la clave. Porque si este Barça a media construcción, medio desahuciado, consiguiera eliminar a los franceses, ese sí que sería un argumento de peso para que Messi se lo pensara antes de aterrizar en Francia. Quedarse en esa ciudad a la que quiere volver cuando se retire, en su zona de confort, donde quieren estar sus hijos, siempre será una tentación.

Enésimo experimento

Así que mientras fracasamos en nuestros ejercicios de futurología, toca valorar el presente con un nuevo partido sin Messi, el enésimo experimento sin el argentino. Porque es bueno saber qué pasa cuando el paraguas desaparece. Una nueva oportunidad para que aquellos que parecen vivir en la sombra se reivindiquen. Porque resulta que al equipo se le verá más enérgico, se le verá liberado. Además, mejorará en la presión. O eso dicen, veremos. Es el Eibar, cierto, pero mientras Messi decide, el club necesita indicios de ese abismo que un día u otro le esperará. 

Hay que empezar a resolver quién puede valer sin él, quién puede ser el nuevo líder y quién simplemente se esconde bajo su caparazón.