Navidad en la BBC

Cuento de hadas tristes

La radio pública británica no emitirá la versión original del villancico más triste justo el año que más lo entenderíamos todos

portada disco  the pogues

portada disco the pogues / periodico

Miqui Otero

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Es imposible no recordar este año un verso del mejor villancico: el cantante pasa la Nochebuena en una celda, donde un anciano beodo le dice que esta podría ser su última Navidad. 

Así empieza 'Fairytale of New York', la 'nadala' de perdedores que la banda punk The Pogues publicó en 1987. Desde entonces, la favorita en casas, pubs y votaciones inglesas de canción navideña favorita. 

Es bastante curioso que así sea. El cuento de hadas de la canción lo vive una pareja de yonkis peleándose en un día tan especial. Primero se dicen cuánto se aman y después hasta qué punto se desprecian. Son como niños con sueño, como gatos con hambre, dándose tortas de mano blanda y llorando no por los golpes, sino por algo mucho peor. El rosario de insultos no ha impedido que el villancico sea históricamente el más querido, aunque justo este año, el año de las Navidades afeadas y tristes, la BBC 1 ha decidido no poner la versión original: a los responsables de esta radio pública le resultan ofensivos los insultos que esa pareja desgraciada se dedica para hacerse daño. 

Quizá lo ofensivo este año sea, precisamente, el villancico de renos eufóricos, nieve artificial y sonrisas congeladas. Menos risas con jo (jojo) y más joder, qué mierda. Más esta canción de gente muy perdida, encerrada, expuesta a la desgracia. De esos que, de una forma extraña, salvan la Navidad cuando no pueden salvarse ni de sí mismos. Que ofrecen la visión de alguien que está peor que tú, algo parecido a cuando estamos a salvo en casa y fuera diluvia o nieva y hace tanto frío. 

Su autor, Shane MacGowan, estaba destinado a ofrecernos este consuelo y desconsuelo: nació, precisamente, un día de Navidad. Y siempre ha cantado este villancico con su dentadura de piano bombardeado, su voz de lija, su nariz de tebeo. “Happpy Christmas, mis cojones”, cantan ellos, porque están desesperados y, en cierto modo, lo podríamos suscribir todos ahora. “Espero que sea nuestra última Navidad juntos”, se sueltan. Y nosotros podríamos decir, incluso mintiéndonos un poco: “Espero que sea nuestra última Navidad separados”.

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