Apunte
La 'cara B' de las pensiones llega en forma de ajustes
Escrivá busca matizar la subida de las pensiones y se ha encontrado con un "ni hablar", de Podemos
Rosa María Sánchez
Redactora jefe
Premio Carlos Humanes de Periodismo Económico 2020. Máster Universitario en Investigación en Periodismo por la Universidad Complutense, en 2023. Profesora en el Título de Postgrado Especialista en Información Económica de la Universidad Nebrija. Colaboradora en RNE.
El ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, sigue dando pasos para avanzar en el diseño del nuevo sistema de pensiones. Al tiempo que mantiene el diálogo con los agentes sociales, cada semana sigue llevando sus propuestas más recientes a la mesa de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, el miniconsejo de ministros del área económica del Gobierno, convertido en un campo de pruebas donde medir la tensión entre los dos socios del Ejecutivo (PSOE y Unidas Podemos).
Tras el acuerdo parlamentario del Pacto de Toledo, que garantiza la revalorización de las pensiones y el saneamiento en tres años de las cuentas de la Seguridad Social por la vía de derivar al Estado gastos impropios (como las bonificaciones a los contratos laborales), ahora queda la ‘cara B’ de la reforma: la que debe abundar en medidas de contención del gasto.
Elevar de 25 a 35 años cotizados el periodo para calcular la pensión de jubilación, como plantea Escrivá, puede beneficiar a algunos trabajadores pero, no caben engaños, en su conjunto es una medida de ahorro. Según los cálculos de la Autoridad Fiscal (Airef), elevar el periodo de cómputo de 25 a 35 años en 2027 permitirá un ahorro de gasto equivalente a 0,6 puntos de PIB al año. Y ello, porque la relación entre la pensión y el salario medio bajaría dos puntos en el 2050. Eso, traducido a euros, sería como restar unos 35 euros a la pensión media actual cada mes (intentando extrapolar los cálculos de la Airef sobre tasa de cobertura).
El acuerdo de legislatura entre PSOE y Unidas Podemos incluye eliminar el factor de sostenibilidad (que, en el mismo ejercicio de aproximación, hubiera restado otros 61 euros), pero Escrivá está buscando alternativas de ahorro.
El ministro, a la sazón expresidente de la Airef, busca una fórmula para que los años con IPC negativo (como será el 2020) sean incorporados a una media aritmética de un número más amplio de ejercicios que, en la práctica, permitan modular de algún modo la cuantía resultante de la pensión. Ya lo ha puesto en la mesa de la Comisión Delegada y la reacción de sus socios ha sido la misma que con los 35 años: "Ni hablar".
Tras la ‘cara A’ amable del Pacto de Toledo, ahora viene la 'cara B' de los ajustes, por mucho que estos se pretendan suaves y graduales.
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