Ágora

Bielorrusia tiene rostro de mujer

Las protestas contra el régimen autocrático bielorruso están siendo encabezadas por miles de mujeres

Manifestantes portan una bandera con un retrato de la líder opositora bielorrusa Svetlana Tikhonóvskaya, en Minsk.

Manifestantes portan una bandera con un retrato de la líder opositora bielorrusa Svetlana Tikhonóvskaya, en Minsk. / periodico

Sergi Barrera

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"El interés sobre la situación en Bielorrusia se diluye a medida que nos alejamos de Minsk", reflexionaba el presidente de la delegación del Parlamento Europeo para las relaciones con Bielorrusia, el polaco Robert Biedroń. No hay la misma sensibilidad en Polonia, Lituania o Letonia, que en el sur de Europa. La distancia genera distancia.

La asociación Razam–que significa "juntos" en bielorruso– se encarga de recordar también en nuestras calles la represión y las violaciones continuas de los derechos humanos que desde agosto está sufriendo la exrepública soviética, con 26.000 detenidos y al menos ocho personas asesinadas durante las protestas, con el caso más reciente del joven profesor Raman Bandarenka, de 31 años, muerto bajo custodia policial. "Estimados bielorrusos en otros países: por favor, no paréis. Continuad informando a los ciudadanos en los países donde os encontráis sobre la situación en Belarús", pedía la líder opositora Svetlana Tijanóvskaya con motivo de la inauguración de las 'embajadas populares' de la diáspora bielorrusa el 10 de diciembre, coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos Humanos.

La Junta Electoral Central de Bielorrusia declaró ganador de las elecciones presidenciales del 9 de agosto Aleksandr Lukashenko por sexta vez consecutiva –en el poder desde 1994, descrito a menudo como "el último dictador en Europa" en el único país del continente con pena de muerte– con un 80,10% de los votos, contra el 10.1% de Svetlana Tijanóvskaya. Encuestas independientes a pie de urna daban una clara victoria a Tijanóvskaya, quien decidió concurrir a las elecciones como respuesta al encarcelamiento del popular youtuber Sergei Tikhanovsky, su marido, tras anunciar éste sus intenciones de ser candidato. La propia Tijanóvskayatuvo que refugiarse en Lituania después de las elecciones.

El 19 de agosto el Consejo Europeo concluyó que las elecciones no fueron libres ni limpias, por lo que la UE no reconoce el resultado. En esta misma línea el Parlamento Europeo decidía otorgar el Premio Sájarov al Consejo de Coordinación de Bielorrusia: una iniciativa de un grupo de mujeres valientes, formado por figuras políticas y de la sociedad civil, del que hoy se hace entrega. Entre ellas, están Svetlana Tijanóvskaya; la Premio Nobel de Literatura Svetlana Aleksiévich; y las activistas Maria Kolesnikova, Olga Kovalkova y Veranika Tsapkala, entre otras. Svetlana Tijanóvskaya ha descrito este galardón como "un premio para todos los bielorrusos, un testamento a su lucha, su coraje y su dignidad. Para nosotros, 2020 pasará a la historia como el año en que emergió una nueva Bielorrusia". Anteriormente, una muestra más de la enquistada represión en el país, la Eurocámara también había distinguido a la Asociación Bielorrusa de Periodistas, en 2004; y al candidato opositor a las elecciones presidenciales de 2006 Aliaksandr Milinkevich.

Si bien el presunto nuevo fraude electoral no sorprendió a nadie, la reacción de la sociedad ha sido muy diferente a ocasiones anteriores: inmediatamente después del anuncio de los resultados empezaron protestas pacíficas sin precedentes, las más masivas en 25 años. "La sociedad bielorrusa ha roto la baraja. El régimen de Lukashenko está condenado y acabará huyendo del país. La cuestión es la nueva fórmula de gobierno que pueda surgir en Bielorrusia y si se corresponderá con los intereses reales de la sociedad bielorrusa, lo cual pasa exclusivamente por la celebración de unas elecciones realmente democráticas", analiza la investigadora asociada del CIDOB Carmen Claudín. Lukashenko se encuentra ante el desafío más importante en su mandato de más de un cuarto de siglo y son imprescindibles las crónicas de Marc Marginedas en este diario para seguir y comprender la situación en Bielorrusia.

Las protestas contra el régimen autocrático y sus fuerzas de seguridad están siendo encabezadas por miles de mujeres, como las que lideran el Consejo de Coordinación, o las que toman las calles en las manifestaciones vestidas de blanco o rojo, colores de la bandera que representa a la oposición. Lukashenko afirmaba antes de las elecciones que la sociedad bielorrusa "no está preparada para votar a una mujer". Pero, parafraseando a Svetlana Aleksiévich, esta Bielorrusia tiene rostro de mujer.