El apunte

Pandemia y pánico electoral

Una suerte de subasta a la baja se ha colado en el Ejecutivo catalán por temor a un castigo electoral hacia los políticos más restrictivos

Barcelona 03/12/2020 Retenciones en la Ronda de dalt en ambos sentidos y senñales luminosas que recomiendan limitar la movilidad para evitar la propogación del coronavirus covid-19 FOTO de FERRAN NADEU

Barcelona 03/12/2020 Retenciones en la Ronda de dalt en ambos sentidos y senñales luminosas que recomiendan limitar la movilidad para evitar la propogación del coronavirus covid-19 FOTO de FERRAN NADEU / FERRAN NADEU

Gemma Ubasart

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Sergio Delgado, subdirector de Protecció Civil, explicaba en TV-3 que la movilidad a segundas residencias durante el puente probablemente tendrá efecto en los datos de contagio. Y que este hecho puede hacer replantear el plan previsto para Navidad. No hay bien que por mal no venga. Quizás es la manera de poner un poco de racionalidad y pinchar de una vez la burbuja navideña (hinchada, en parte, por políticos y periodistas). Dicho esto, resulta hipócrita que los responsables públicos se rasguen ahora las vestiduras cuando la salida masiva del área metropolitana fue debidamente justificada, cuando no alentada, por el mismo ‘conseller’ de interior Miquel Sàmper en declaraciones públicas unos días antes.

Rebobinemos. El confinamiento perimetral municipal para el fin de semana fue diseñado, precisamente, para evitar la movilidad. Estaba pensado, sobretodo, para que la ciudadanía no se trasladase a otros municipios a pasar los días festivos. Es cierto que no se puede multar a aquellos vehículos que viajan el jueves. Pero también lo es que se pueden establecer otros mecanismos de control del cumplimiento de la medida (por ejemplo, castigar el hecho de encontrarse fuera del municipio en el que se está censado sin justificación) o cuanto menos de criminalizar discursivamente a aquellos que burlan la norma saliendo antes de fin de semana. De lo contrario, se acaba convirtiendo en una medida de clase: los sectores acomodados pueden disfrutar libremente de vacaciones, el resto se queda haciendo el hámster en su municipio. Además, no todos los municipios son iguales.

Este comportamiento responde a una suerte de subasta a la baja que se ha colado en el Ejecutivo catalán en las últimas semanas. Con elecciones a la vista, se ha establecido una premisa (sin fundamento según mi opinión) que entiende que existe “fatiga pandémica” entre la población y que esta se puede traducir en castigo electoral hacia los políticos más restrictivos. Puede. Pero también existe la posibilidad de que la ciudadanía prefiera que se la trate como adulta, que entienda que los retos complejos necesitan de soluciones igualmente complejas. No acabo de ver que llegar al 14-F con una mala situación epidemiológica ponga a JxCat y ERC en buena situación en la carrera electoral.