LA NOTA

Recital Raimon

El cantante de Xàtiva destaca por la fidelidad a su lengua y a su independencia personal

Raimon cerró su carrera con potencia y emotividad en el Palau

Raimon cerró su carrera con potencia y emotividad en el Palau

Joan Tapia

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Raimon acaba de cumplir 80 años. Es algo a comentar porque el cantante de Xàtiva forma parte de nuestro paisaje desde hace mucho tiempo. Raimon ha sido un poeta, un músico y un cantante de éxito e influencia desde que en 1963 irrumpió con ‘Al Vent’. Y lo ha sido hasta sus conciertos de retirada de mayo de 2017 en el –no fue casual– Palau de la Música.

A través de canciones y recitales (antes prohibiciones) ha sido una figura de referencia. Con canciones de protesta contra el franquismo, como el famoso ‘Diguem no’, que fue casi un himno político, hasta su afirmación personal de ‘Jo vinc d´un silenci (antic i molt llarg)’ o ‘Veles e Vents’, recuperando a Ausiàs March, o ‘Com un puny’, canción de amor hacia Annalisa Corti, su esposa y cómplice.

Camus, Gramsci y Fuster

Ha sido un gran cantante que se ha alimentado de pensadores contemporáneos. Antoni Batista, su biógrafo, me señala tres: Albert Camus y el existencialismo, el marxismo de Antonio Gramsci y el valencianista Joan Fuster. Tras haberlo seguido, primero con sorpresa con ‘Al Vent’, y después con cierta adicción, creo que la fidelidad a sí mismo y la honestidad intelectual han sido las constantes de su personalidad.

Su primera fidelidad ha sido a la lengua catalana. Raimon es un hombre abierto a las ideas, pero siempre –incluido su paso por el Festival de la Canción Mediterránea con ‘Se'n va anar’– ha cantado en catalán. Aquí, en el País Vasco y en Madrid y en sus conciertos por Europa, Sudamérica, Estados Unidos, Japón… Raimon ha tenido éxito en todo el mundo y el español podría haberle dado más nombre, pero ha cantado siempre en catalán. No por cerrazón –nunca ha dicho nada contra Serrat– sino porque es lo que le sale. ¿Por qué cambiar de lengua si se siente bien expresándose en ella y trabajándola? No es dogma, es identidad.

De izquierdas y libre

Su segunda fidelidad es a una visión del mundo orientada a la izquierda, pero libre y personal, sin catecismos. En tiempos de dogmas, cuando luego fundadores del PSC se decían marxistas-leninistas, Raimon no hablaba de lucha de clases sino de las “classes subalternes” de su país que trabajan "als petits tallers, a casa, o al camp”. Próximo un tiempo, como muchos de su generación, al PSUC y al socialismo valenciano, no quiso formar parte en 1977 de ninguna lista electoral (catalana o valenciana) que podría haberle limitado. A Raimon le gusta la izquierda, pero prioriza su espontaneidad.

Y cuando el independentismo ha sido dominante entre muchos que le aplaudían con fervor, Raimon ha mantenido sus criterios y –sin atacar a nadie– no ha callado ante la moda, la gran tentación de los que viven del aplauso. Así, hace unos días no dudó en decirle a Antoni Bassas en el ‘Ara’: “Esperaba un poco mas de sensatez, que el deseo no se impusiera a la razón, porque hubo un momento en el que todo parecía posible. Yo no lo he visto así…Y ahora desearía que gobernasen, no que intenten otras cosas que ves a saber cuándo saldrán. La creación de un Estado catalán en las actuales circunstancias no creo que sea lo mas importante para la gente. Es mi opinión… puedo estar equivocado”. La fidelidad a su independencia por encima de la moda o el aplauso fácil. En ‘Al Vent’ ya latía el inconformismo.

No es solo ‘Com un puny’. Casi la mitad de las canciones de Raimon son de amor y están pensadas para Annalisa Corti, su esposa desde hace 54 años. Raimon no lo impondría a nadie, pero su tercera fidelidad es a una larga vida de pareja.

 Raimon ha cumplido 80 años. Ya no canta, al menos en público. Su recital sigue.  

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