No solo fútbol

Telarañas en can Barça

Una bancarrota azulgrana no es ahora una fantasía

Carles Tusquets, presidente de la Junta Gestora del Barça.

Carles Tusquets, presidente de la Junta Gestora del Barça. / Europa Press

Josep Martí Blanch

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Por boca del presidente de la Junta Gestora del Barça, Carles Tusquets, hemos sabido que en las arcas del club no hay más que telarañas y tampoco muchas. Con la tranquilidad de quién no ha de pasar por las urnas y se sabe tenedor de una gloria temporal no amenazada, Tusquets salió a despacharse en público sobre economía azulgrana con la bata de forense ensangrentada tras una autopsia trabajosa.

El Camp Nou se cae a pedazos, los jugadores no cobrarán la nómina en enero y para poder fichar, aunque sea a un pelacañas en el mercado de invierno, primero habrá que vender. Dijo más: no se están firmando facturas de servicios contratados por el presidente dimisionario, Josep Maria Bartomeu, bien porque el precio podría estar artificialmente inflado, bien porque se desconoce exactamente la naturaleza del bien al que se corresponden.

Neymar, si viene gratis

Como no hay tanatorio sin chiste, añadió que Neymar puede acabar en el Barça a condición de que venga gratis y para insuflar un poco de ánimo a los familiares ante noticias tan adversas, el forense Tusquets insistió en que el cadáver culé resucitará en cuanto el fútbol vuelva a la normalidad. Vino a decir, en cierto modo, que el Barça está financieramente como el gato de Shrodinger, muerto y vivo a la vez.

De las notas de prensa y las comparecencias anunciando ingresos récord se ha pasado, como en las clásicas familias venidas a menos, a vender las tacitas de porcelana de la abuela para poder encender la calefacción y guisar cualquier cosa para llenar el estómago. No habrá responsables porque la manta covid-19 todo lo oculta con la coartada de lo imprevisible. Pase lo que pase en el futuro, las explicaciones habrá que pedirlas de un modo retórico a la fatalidad venida de Wuhan. Pío, pío que yo no he sido.

Fondos de inversión

Aunque tampoco hay que exagerar. O sí. Llegado el caso siempre habrá fondos de inversión y empresarios chinos, rusos o catarís encantados con la posibilidad de comprarse un club como el Barça para jugar a ser dios hasta cansarse, como manda la tradición del nuevo rico. Convertidos en sociedad anónima deportiva también se podría acudir al mercado de valores, que para eso está el Stoxx Europe Football. Claro que eso significaría acabar perdiendo la excepcionalidad de la que disfruta el Barça, junto al Real Madrid, Osasuna y Athletic, de que sean los socios los únicos y legítimos propietarios de la entidad.

Todo esto resulta de buenas a primeras inimaginable. Es difícil dar carta de naturaleza ni siquiera a la posibilidad de que pudiese llegar a pasar. Además el Barça está en periodo preelectoral y ya se sabe que precampaña y campaña son días propicios para la exageración superlativa. Pero las palabras de Carles Tusquets son de lo más preocupantes porque puede que de fútbol, como él mismo afirmó, no tenga ni idea pero de números sabe un porrón. Cualquier cosa que resulta imaginable puede pasar y una bancarrota 'blaugrana 'no es ahora mismo una fantasía. Que esta misma canción la hayamos escuchado otras veces no es excusa para no estar atentos. Recuerden a 'Pedro y el Lobo' y cuál fue el destino de las pobres ovejas.