Tribuna

El Interior de la pandemia

Esta es una emergencia sanitaria, y por eso el liderazgo en las decisiones está en manos del Departament de Salut. Pero desde Interior se lleva a cabo también una tarea constante que salva vidas

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Miquel Sàmper i Rodríguez

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"Nada que ver con lo vivido hasta ahora". Esta es la reflexión que las y los profesionales con más horas de vuelo en el pilotaje de las emergencias hacen cuando se les pregunta cómo ven la crisis del covid-19; personas con una veteranía conseguida a copia de gestionar durante décadas inundaciones, incendios, accidentes químicos, ferroviarios, aéreos o unos atentados yihadistas. El día a día actual en el Departament d'Interior es, probablemente, como el día más 'movido' en la historia de la inmensa mayoría de organizaciones. Aquí, lo ordinario es lo que para el resto es lo extraordinario, pero la pandemia lo ha cambiado todo, por el ensañamiento en amplios sectores de la población, especialmente entre los más vulnerables, por su duración, por la devastación económica, por la afectación por todas partes en diferentes olas... Es una emergencia de 24 horas al día, siete días a la semana, sin descanso y sin ningún tipo de miramiento. 

Una emergencia sanitaria de este alcance (el precedente inmediato de la cual lo encontramos hace cien años), no se puede afrontar con el piloto automático de otras emergencias que sufrimos de forma frecuente. Hemos tenido que reforzar nuestra capacidad de adaptación, la agilidad en la toma de decisiones y su implementación, aumentar la empatía y encontrar nuevas formas de comunicar y ser didácticos, transparentes y claros; la población merece información cierta, creíble y directa. También hay que entender los diferentes momentos por los que pasamos como sociedad, desde los aplausos cada anochecer la primavera pasada, hasta el malestar creciente en amplios sectores de la sociedad, que sufren las derivadas económicas de la crisis de forma descarnada. Gestionar esta emergencia requiere liderazgos basados en la colaboración y no en la competición, en la capacidad de aprender de forma rápida lo que funciona fuera, para aplicarlo si puede funcionar en nuestra casa o para descartarlo si no es aplicable aquí. Humildad ante un virus poderoso que no nos pone nada fácil y que tiene unos efectos devastadores. 

Esta es una emergencia sanitaria, y por eso el liderazgo en las decisiones está en manos del Departament de Salut, de sus especialistas. Pero desde Interior se lleva a cabo también desde hace nueve meses una tarea constante que también salva vidas, a través del comité técnico y de dirección del Procicat, en el cual todos los organismos implicados en la gestión de la emergencia ponen en común el análisis de las problemáticas, la búsqueda de soluciones y las decisiones que afectan a millones de personas. Desde Protección Civil de la Generalitat, de la mano de múltiples organismos sectoriales, se han llevado a cabo más de 130 planes sectoriales para 'llevar al terreno' las medidas de salud pública (que por fuerza tienen que ser drásticas), a la realidad de cada sector económico, social y territorial. Se hace mediante el diálogo con todos los sectores económicos y sociales y también con los 947 municipios, gracias a una interlocución constante con alcaldes y alcaldesas, y para llegar a la toma de decisiones y la posterior transmisión de información a la ciudadanía. 

Con los Mossos d'Esquadra y las 215 policías locales, que realizan la necesaria labor de control siempre acompañada de un trabajo constante de pedagogía hacia la ciudadanía, para informarles de cuál es la situación en cada momento. También, con los Bombers de la Generalitat, que han realizado, con una precisión y profesionalidad encomiables, la desinfección de muchísimas residencias de personas mayores. Y sin olvidar nunca el vital trabajo llevado a cabo por los técnicos y operadores del teléfono de emergencias 112 de Catalunya, dando respuesta a las angustias, urgencias y emergencias de tantos y tantos ciudadanos. O desde el Servei Català de Trànsit, la Direcció General d'Administració de la Seguretat o también desde el Institut de Seguretat Pública de Catalunya, que ha adaptado al formato telemático la formación de policías, bomberos y protección civil. 

Todavía nos queda mucha emergencia por delante. La pandemia genera frustración, enojo, incertidumbre, sufrimiento y muchas preguntas para las cuales no tenemos todavía respuesta. Hay que ser conscientes de que nos hará falta sensibilidad, complicidad, constancia en el esfuerzo, solidaridad y cooperar en un objetivo compartido que nadie logrará por sí solo. De este compromiso común, de esta suma de esfuerzos individuales depende no con solo que evitemos el colapso del sistema sanitario, sino también que superemos la pandemia con las menores cicatrices posibles. Este esfuerzo que hacemos y haremos lo tenemos que hacer pensando en todos los miles de personas que han sido víctimas del covid-19, en sus familias y amigos.