ANÁLISIS

Cuando llegue la vacuna

Si somos optimistas, a principios del 2021 la población global comenzará a estar protegida contra el Sars-CoV2 y la población infectada debería disminuir

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Pere Puigdomènech

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El virus de la covid-19 está cambiando nuestra vida. Ha causado un número elevado de muertes, hay gente que ha sufrido semanas de enfermedad, que en algunos casos se prolonga. Ha hecho perder el trabajo a mucha gente y nos mantiene a todos en condiciones de trabajo y de vida difíciles. Todo esto son muy malas noticias y por fin parece que nos llega una que es buena: los datos que se están publicando sobre vacunas contra el virus de la covid-19 son mejores de lo que cabría esperar. Esperamos que se confirmen y que la vacuna llegue a las personas y en las condiciones en que se necesita.

El virus Sars-Cov2 que provoca el covid-19 ha ido sorprendiendo a todo el mundo un día tras otro. Es un virus nuevo, desconocido en muchos aspectos y las comparaciones con otros virus a menudo no han servido mucho. Aparte de las características preocupantes que tiene el virus hay dos que nos dejan un poco tranquilos. Una de ellas es que afecta poco a la gente joven y eso nos saca una importante preocupación de encima. Ahora se añade la noticia de que el virus produce una inmunización suficiente como para que las vacunas que se han estado investigando puedan proteger a la población. <strong>El anuncio de Pfizer</strong> de que la protección se extiende al 90% de los individuos vacunados, seguida del instituto Gamaleya de Moscú de que la suya llega al 92%, permiten un cierto optimismo, pero quedan muchas cuestiones abiertas.

En primer lugar es necesario que los resultados se confirmen. El ensayo de Pfizer ha sido hecho sobre más de 4.0000 personas pero son seguramente jóvenes y habría que ver qué protección ofrecen las vacunas a las personas mayores que son los que más la necesitan. El anuncio se ha hecho antes de publicar los resultados en una revista científica y eso es testigo de la carrera entre compañías y países que no ayuda mucho para la confianza del público. Los diferentes proyectos utilizan estrategias de vacunación diferentes, algunas ya utilizadas en otros virus, como es el caso de las vacunas chinas, u otras nuevas como la de Oxford o la producida en Rusia y sobre todo las de Pfizer y Moderna que utilizan aproximaciones de base molecular completamente nuevas. Esta podría ser una de las razones del buen resultado, pero necesitan una logística compleja. Y todas ellas tienen ante sí el gran reto de producir los miles de millones de vacunas que se demandarán.

Ante todos estos productos diversos nuestros gobiernos deberán tomar decisiones complicadas. Deberán decidir por qué vacuna apuestan antes de tener toda la información disponible. Que la Unión Europea haya hecho la propuesta de hacer pedidos para todos los países de la Unión puede ser una buena noticia para nosotros. Cuando las dosis vayan llegando habrá que decidir a quien se administra la vacuna. Se habla de priorizar los sanitarios y las personas mayores que son los que tienen más riesgo como ocurre con la vacuna de la gripe, aunque hay quien propone que habría que vacunar a los jóvenes que son quizá los que más transmiten el virus.

Segura y eficaz

A partir del momento en que las campañas de vacunación comiencen habrá que ver cómo reacciona la población porque una inmunización masiva es esencial para erradicar el covid-19. Esto se ha conseguido con la viruela y casi con la polio y ya hemos visto que cuando una proporción de la población rechaza la vacunación, enfermedades que parecían olvidadas como el sarampión reaparecen. Estas vacunas se empezarán a administrar sin saber si inmunizan a todos por igual y cuánto tiempo dura la protección frente al virus. El seguimiento de las poblaciones para asegurar que no hay efectos secundarios y para constatar que la inmunización funciona debería ser importante para que la confianza de la gente no quede defraudada. En cualquier caso si se confirma que en algunas semanas empieza a llegar una vacuna segura y eficaz solo un año de que la enfermedad se declarara, sería un logro excepcional de la investigación y la industria biomédica.

Si somos optimistas, a principios del 2021 la población global comenzará a estar protegida contra el Sars-CoV2 y la población infectada debería disminuir. La vida difícilmente volverá a ser como era antes. El impacto sobre la sociedad y la economía ha sido fuerte. Hemos tenido tiempo de reflexionar sobre algún comportamiento que teníamos como nuestra movilidad, reuniones que quizás no eran necesarias, el trabajo en casa o la distribución de bienes y en particular de los alimentos y como pasamos los últimos años de nuestra vida. Lo que quisiéramos es que la vacuna nos ayude a dejar detrás nuestro esta pesadilla que nos ha afectado globalmente de forma tan intensa durante al menos un año.