Un mejor turismo para Barcelona

El turismo volverá a Barcelona y, si se hacen bien los deberes, será mejor. Menos masificado y más interesado en descubrir nuevos aspectos de la ciudad. El modernismo, la gastronomía y las playas seguirán atrayendo a viajeros, pero también la tecnología, la ciencia, las start-ups, el cine o la literatura. Frente a un presente demoledor, con más del 70% de los hoteles cerrados y apenas un 5% de ocupación media, el futuro se plantea como una oportunidad. Se está escribiendo un nuevo relato de Barcelona. Una visión más amplia y poliédrica, capaz de dirigirse a diversos perfiles de viajeros y ofrecerles una experiencia más particular y enriquecedora. Como objetivo, descentralizar los puntos de interés y recuperar la identidad de algunas de las zonas desdibujadas por el turismo de masas. La nueva estrategia pretende capitalizar el gran interés que concita la ciudad y minimizar los daños de las llegadas masivas.

La senda turística en la que estaba enfocada la ciudad había llegado a un momento inasumible para muchos de sus habitantes. La Barcelona masificada no dejaba de ser una ciudad miope, atrapada en el corto plazo y con el riesgo de perder su personalidad. La destrucción del tejido comercial de algunos barrios y la expulsión de sus vecinos son algunas de sus consecuencias. La aspiración es seducir a través de la calidad, la cultura, la innovación y la sostenibilidad. 

Barcelona se prepara para la remontada turística

Desde Turismo de Barcelona ya se están perfilando las diferentes campañas de captación de visitantes y, aunque aún es pronto para llevarlas a cabo, la expectativa que despierta la ciudad invita al optimismo. Aunque la situación actual es muy difícil, la problemática se inscribe en una situación de pandemia global y no está relacionada con la marca Barcelona. De hecho, la ciudad mantiene en cartera 115 congresos confirmados para los próximos años. A la espera de poder implementar las campañas internacionales, es el visitante nacional el primero en el que se focalizarán los esfuerzos.

El momento es difícil y doloroso para muchos. No admite frivolidades, pero sí es importante tratar de obtener todos los réditos posibles de este parón forzoso. Estos meses han permitido profundizar en los diferentes debates sobre una nueva concepción de ciudad. Si en el horizonte está la necesidad de una Barcelona más amable, humana y ecológica, capaz de tejer complicidades entre los intereses económicos, los espacios de relación y la reducción de la desigualdad, el turismo debe formar parte de ese planteamiento..