ANÁLISIS

Messi: aceptar la verdad

Messi, en el choque europeo contra el Dinamo de Kiev en el Camp Nou.

Messi, en el choque europeo contra el Dinamo de Kiev en el Camp Nou. / periodico

Antonio Bigatá

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Transcribo algunos de mis apuntes sobre la actuación de Messi la noche del Dinamo. "Recibe la pelota y da un gran pase. Descansa. Magnífica internada desbaratada al final por la defensa. Pelota perdida al intentar un tercer regate consecutivo (le conocen demasiado). Descansa. A punto de marcar: gran intervención del portero ante su tiro libre. Contemplación pasiva de lo que hace su propia defensa. Brillante cambio de juego con un servicio al pie. Forcejeo infructuoso con uno de los centrales rivales. Casi gol, por muy poco. Descansa".

Es uno de los 15 o 20 grandes jugadores del mundo, pero ya no marca ninguna diferencia insalvable respecto a los demás

Messi en estos momentos es sin duda uno de los 15 o 20 grandes jugadores del mundo pero ya no marca ninguna diferencia insalvable respecto a los demás. Algunos de esos otros futbolistas además son más prácticos y ayudan mejor a sus equipos, es decir que tienen más capacidad para decidir encuentros.

Gracias por el privilegio

Él la conserva pero de forma espaciada. No es ninguna tragedia pero no hay ninguna razón para ocultar la verdad: tenía que llegar este momento y la situación ya está aquí. Opto por aceptarla.

Ante el Dinamo estuvo muy cerca de ampliar la ventaja barcelonista, aunque bastante gente echó a faltar a Coutinho como organizador del juego de conjunto que trata de hacer ahora el equipo. No nos olvidemos de dar las gracias por el privilegio vivido durante tanto tiempo y disfrutar que en determinadas situaciones y momentos aún es buenísimo.

Lo único que nos abre las carnes es las dudas de si Bartomeu no se equivocó para retener a este Messi ya exprimido

Posiblemente en el futuro tendrá instantes, rachas o cortas etapas en que volverá a lucir más de lo que hizo el miércoles. Posiblemente decidirá todavía algunos partidos aprovechando, aquí en Barcelona o donde vaya, su toque especial, la capacidad puntual de desbordes increíbles, la inteligencia para dibujarse trayectos de alto nivel por los que conducir la pelota...

Aplazar la reconstrucción

E incluso las ganas de dosificar los esfuerzos un poco menos, aunque eso le cueste durar en activo también algo menos. Y marcará goles que no sean de penalti, no lo duden. En todo caso lo único que nos abre las carnes es la duda de si, pese a nuestras ilusiones buenistas, no se equivocó Bartomeu al hacer un feo juego de manos legalista para retener contra su voluntad a este Messi ya exprimido.

Eso aplazó un año más la reconstrucción básica que necesita el Barça desde hace varias temporadas después de haberse desperdiciado el tiempo en que era posible efectuarla con cierto sosiego y con Messi dentro.  No estoy impresionado por su excesivo número de pérdidas de balón. Ni por sus ahora más  frecuentes, ostentosos y excesivos descansos sobre el césped mientras los demás corren (aunque en muchas secuencias sin dejar de tenerle demasiado en cuenta como si fuese el de antes). Ni por los goles que nos vamos acostumbrando a esperar del mismo modo que antes nos habíamos acostumbrado a celebrar.

Solo me inquieta más de la cuenta esa mirada plana y fría que ha fichado para esta temporada

Y me pego secas bofetadas cada vez que pasa por mi cabeza la idea de que sin sus disgustos podría hacer más. Eso no lo creería ni si me lo demostrasen. Sólo me inquieta más de la cuenta esa mirada plana y fría que ha fichado para esta temporada, y lo solos que nos hemos quedado desde que perdió el estado de gracia.

Las últimas alegrías

Conserva el nombre, los rivales le han perdido el miedo, todavía es muy grande, pero, utilizando sus propias palabras ya no nos alcanza para llenarnos. Como no hay gente en la grada y en el Estadi únicamente se oyen gritos sueltos que parecen graznidos de gaviota en esta etapa nuestras relaciones sentimentales y emotivas con él son como muy irreales.

Parece que nos hayan contaminado una segunda enfermedad colectiva que proporciona sabor a óxido. Llevaremos todo eso como podamos pero me niego a hacer ver que no pasa nada especial o a hacer creer que en cualquier momento habrá una resurrección que le llevará a encabezarnos como antes. Tendremos algunas últimas alegrías pero no las espero despampanantes y sé que, si,  serán eso: las últimas.