Una partida maestra

Había visto un trailer hacía tiempo pero, como tantas otras cosas que miramos sin ver, lo había olvidado. Cuando vi la portada en ‘destacados’ en la página de inicio de Netflix, habiendo perdido por completo el recuerdo de la serie, me llevé una sorpresa tan bonita que no pude hacer otra cosa más que verla en ese mismo instante y, como ocurre muchas veces, verla del tirón. No sabía que iba a quedarme fascinada, clavada el sofá durante horas, viendo episodio tras episodio de 'Gambito de Dama', una mini-serie de Netflix basada en el libro con el mismo título a mano de Walter Tevis que cuenta las aventuras de Beth Harmon, una ajedrecista exquisita y singular. Yo, que jamás llegué a aprender a jugar ajedrez bien porque no podía evitar olvidar las jugadas tan pronto como intentaba memorizar la siguiente, caí rendida ante la trepidante seducción de una trama que parece haber sido hecha a medida para Anna Taylor-Joy, nuestra actriz protagonista.

'Gambito de Dama', la miniserie de Netflix, es un deslumbrante y caótico viaje por la vida de una niña prodigio del ajedrez

Tevis, inspirándose en grandes maestros y en sus propias experiencias como jugador de ajedrez, escribió una novela como tributo a todas las mujeres inteligentes. Querría imaginar que el resultado de esta adaptación para Netflix, este caótico y deslumbrante viaje por la vida de una niña prodigio que se convierte en una mujer brillante llena de intensos claroscuros, le habría satisfecho. Beth crece ante nuestros ojos, superando baches, cayendo estrepitosamente en otros, convirtiéndose en la inevitable leyenda que intuimos podría legar a ser desde el primer episodio. El ajedrez se convierte en algo más que un deporte; es su forma de vida, su mejor excusa para seguir adelante. El ajedrez es la fuente del significado que le da a su existencia. La obsesión la lleva a convertirse en una artista de un deporte del que hacía mucho que no escuchábamos nada.

Sepas o no jugar al ajedrez, viendo esta serie no podrás evitar disfrutar del baile de las fichas sobre el tablero. Y me gusta imaginar que ahora mismo hay muchas personas que, como yo, están buscando ese set de ajedrez que habían olvidado en el fondo del armario. Y le quitan el polvo. Y juegan.