Hijos de Trump

Quizá reconocidos, quizá bastardos. Son muchos los hijos de Trump. Algunos convierten las fronteras en su causa, otros beben de las teorías conspiranoicas, del machismo, del racismo, de todos los ‘ismos’ del odio. Mentiroso, bravucón, payaso, fanático, grotesco… es difícil poner punto final a la lista de (des)calificaciones de Trump. Gane o pierda, su presidencia deja ya una herencia emocional que va mucho más allá de su legado político y económico. La llegada de un tipo asombrosamente incapacitado a la Casa Blanca dejó noqueados a los que aún miraban la política desde la razón. El desprecio a la democracia se imponía en las urnas y se regodeaba del fracaso de sus contrincantes. Una carcajada coreada por los coléricos, los resentidos, los que se han sentido o temen convertirse en víctimas de un sistema que no supo ofrecerles protección. 

Vox juguetea con las protestas de los últimos días. Por un lado, se muestra complaciente con ellas. Por otro, culpa de los altercados a “la extrema izquierda, los 'menas' e infiltrados” (Abascal dixit). En el fondo, el mismo talante antidemocrático. Hijos bastardos de Trump.