Operación contra el entorno de Puigdemont

La "trama rusa" del 'procés'

La oferta de 10.000 soldados suena a fantasía, pero no está de más recordar que Rusia participa de forma clandestina en conflictos donde puede crear problemas a los países de la UE y la OTAN

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Joaquim Coll

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Sorprende que el mundo independentista intente desacreditar la investigación del juez Joaquín Aguirre cuando en el auto no se inventa nada. Víctor Terradellas puede ser un fanfarrón o un iluminado, pero no es un don nadie. Fue responsable de relaciones internacionales de CDC y una de las personas que dio el nombre de Carles Puigdemont cuando Artur Mas tuvo que apartarse por el veto de la CUP. Para la periodista Carlota Guindal, “actuó muy activamente en la hoja de ruta del 'procés', aunque siempre en un segundo plano” ('Ni vencedores ni vencidos', Península).

El nombre de Terradellas saltó a la luz en el 2018 a raíz de la 'operación Estela' por un presunto desvío de fondos de la Diputación de Barcelona para financiar el 'procés'. Y a finales del 2019, EL PERIÓDICO documentó que actuaba como enlace externo de Puigdemont y que en otoño del 2017 se había reunido tres veces en Moscú con el influyente profesor de relaciones internacionales Serguéi Markov, exdiputado del partido de Vladimir Putin, para que Rusia apoyara la secesión catalana. 

El sumario de la causa todavía es secreto pero en las diligencias previas se citan las conversaciones telefónicas grabadas entre Xavier Vendrell y Terradellas. El primero tampoco es un don nadie. Pasó de militar en Terra Lliure a desarrollar una larga carrera en ERC (diputado, secretario de Organización y hasta 'conseller'). Tras abandonar la política se dedicó a los negocios, pero volvió a jugar un papel importante junto a Oriol Soler y David Madí en el llamado “sanedrín” del 'procés'. En esas conversaciones, donde aparecen otros temas relevantes como las criptomonedas, Terradellas explica a Vendrell que “el jefe del grupo ruso” había ofrecido el 24 de octubre del 2017 a Puigdemont “10.000 soldados y pagar la deuda catalana”, pero que el 'expresident' “es va cagar a les calces”.

Así pues, eso no se lo inventa la Guardia Civil ni el juez Aguirre. Puede que fuera una fantasmada, pero el Govern independentista intentó recabar todo tipo de apoyos políticos y financieros, también fuera de Europa, desde China hasta Israel, pasando claro está por Rusia. Y se puso a ello con una potente agenda internacional y una maquinaria económicamente muy bien engrasada. Hoy sabemos que la injerencia rusa existió, no tanto para ir contra España como para desestabilizar la UE, y que los medios rusos jugaron a la desinformación a través de las redes y de su ejército de bots y trolls.  

¿Es creíble esa oferta de origen desconocido de 10.000 soldados? Suena a fantasía, pero no está de más recordar que Rusia participa de forma clandestina en conflictos a través de mercenarios del grupo Wagner allí donde puede crear problemas a los países de la UE y la OTAN. ¿Hubiera podido ocurrir en Catalunya? Cuesta creerlo pero nunca sabremos lo cerca que estuvimos entonces del enfrentamiento civil, como hoy reconocen tanto Puigdemont como Oriol Junqueras para justificar por qué no intentaron materializar la independencia. Ahora bien, judicialmente eso ya no es importante. Lo que se investiga ahora es la corrupción y el tráfico de influencias que ha generado el 'procés'.