Un poco más libres de impostura

Será un espejismo. Será. Pero la resolución de la moción de censura, esos 298 noes frente a los solitarios 52 síes de Vox, pone un poco de sordina a la absurda, inapropiada e irrespetuosa crispación política en la que andamos enredados. La cordura venció en el Congreso. Y lo hizo posible gracias a la responsabilidad de grupos políticos que exhiben inmensas e incluso irreconciliables diferencias. Eso es la democracia. Y ahí se quedó la ultraderecha, comiéndose su propia discriminación, su fanatismo, su ignorancia y su odio. En el escenario, la posibilidad de un pacto en la renovación del Poder Judicial. Difícil, muy difícil. Imposible si el PP no apea el veto a Unidas Podemos y acepta la realidad de un Gobierno de coalición. Mientras, la gravedad del virus marca el ritmo y Gobierno y comunidades empiezan a comprender que el entendimiento es más efectivo que la disputa. Hacer política mirando el marcador de votos no tiene sentido cuando la muerte se pasea por el campo.

Será un espejismo. Será. Pero parece que, con la partida de Quim Torra, cierta gesticulación vacua y soberbia ha sido desalojada de la Generalitat. Las aguas siguen revueltas, por supuesto, aún más ante el horizonte electoral (si el virus lo permite). Pero hay ciertas señales que indican más gestión y menos afectación. Desde la disposición del Govern a solicitar el estado de alarma al Gobierno si es necesario, hasta la decisión de establecer una reunión semanal con los agentes sociales para revisar la evolución de la epidemia. Diálogo y realismo, toda una novedad por estos lares. ¿Ha desaparecido la política de la voladura? En absoluto. Pero al menos está más acotada. Especialmente circunscrita a la parroquia de Junts, incluido su predicador epidemiológico y sus apóstoles mediáticos. 

Será un espejismo. Será. Al fin y al cabo, el PP sigue gobernando con Vox, algunos no dejan de llamar a la confrontación y la ANC hace campaña a favor de otra DUI. Pero, hoy, el horizonte está un poco más libre de impostura.

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