Vecina de Sant Martí

Aquí pedimos la resistencia para llevar

El vecindario se ha volcado espontáneamente al 'take away'. El mensaje es que no vamos a dejar caer estos templos de placeres del paladar

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Liliana Arroyo

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Como en todos los barrios, es imposible recorrer el Clot sin fijarse en los vacíos de las terrazas recogidas. Una ausencia que se hace más evidente aún con los bolardos y demás elementos que aparecieron en la desescalada, intentando ganarle espacio a los vehículos para asegurar distancias. Casi como acto reflejo y de forma compulsiva repaso cómo están las persianas de los locales. Me alegro cuando el lugar está abierto y es una delicia ver lo creativas que son las pizarras con los menús para llevar. El vecindario se ha volcado espontáneamente a una ola de resistencia pacífica y contundente: el 'take away'. El mensaje es que no vamos a dejar caer estos templos de placeres del paladar. Porque sabemos su nombre, puede que se acuerden incluso de cómo nos gusta el café. La asociación de comerciantes ha creado una guía digital donde listan los establecimientos que se han reducido a cocinas, aquellos que intentan que quien antes te servía en la mesa ahora te lo traiga a casa. La mayoría de la lista son negocios familiares y de proximidad, y ahora nos los sentimos nuestros también.

En casa decidimos cumplir con el ritual al completo, empezando por acudir al sitio a realizar el pedido en persona, esperar los minutos necesarios para recoger el paquete y llegar a casa para celebrar el triunfo de esta resistencia sabrosa. Mientras saboreábamos la espera de nuestra cena, nos alegrábamos de ver que se iba formando una cola de gente que en actitud claramente activista se había acercado personalmente.

No solo nos han cerrado los bares, también nos obligan a habitar el barrio de una forma distinta. El fin de semana los parques de Sant Martí estaban a rebosar de picnics improvisados y ganas de juntarse allí donde se pueda mientras haya sol. Una muestra más que las medidas planteadas desde lo estrictamente epidemiológico acaban desbordando por el lado económico y el social.  Y si no que lean el menú, aquí la resistencia se pide para llevar.

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