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El Planeta y la marca Barcelona

Una ciudad también se proyecta a través de sus premios culturales

Eva García Saénz de Urturi gana el Planeta con una novela medieval

Eva García Saénz de Urturi gana el Planeta con una novela medieval / periodico

Joan Tapia

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El Premio Planeta es la fiesta literaria más famosa de Barcelona. Se entrega cada año el 15 de octubre, festividad de Santa Teresa, desde 1952. Últimamente se otorgaba en el Palacio de Congresos de la Diagonal con más de un millar de invitados. El 2019, buscando más complicidad con la sociedad catalana, se celebró en la Sala Oval del MNAC con el formato habitual de presencia mixta de escritores, personalidades y matrimonios barceloneses.

Pero el covid lo cambia todo. El jueves pasado se entregó el de este año con presencia reducida a 200 personas y las distancias y mascarillas de rigor. Y a las siete de la tarde y sin cena en vez de a las 21.30. Menos vestidos de largo, más dominio de escritores y eliminación de las sucesivas -y pretendidamente intrigantes- votaciones del jurado que ya había sentenciado el día anterior. El acto fue diferente. Una pieza de piano compuesta por Ruiz Zafón cuanto terminó ‘La sombra del viento’ y entrevistas cortas con ganadores anteriores como Eduardo Mendoza, con su divertida ‘Riña de gatos’, ambientada en el Madrid de junio del 36, y Javier Cercas y su ‘Terra Alta’, un ‘thriller’ protagonizado por un complicado inspector de los Mossos, que el autor aseguró que tendría continuación.

El Palau de la Musica Catalana muestra que Planeta quiere seguir aquí pese al traslado de su sede social -no de su dirección operativa- a Madrid en el 2017. Planeta ha contribuido a que Barcelona sea la capital editorial de la lengua castellana y su actual presidente, Josep Crehueras, subrayó que los premios han vendido ya 43 millones de ejemplares. Tanto la vicepresidenta Carmen Calvo como la alcaldesa Ada Colau estuvieron presentes. Y prosiguió la anormalidad de los últimos años con la ausencia de la Generalitat en la fiesta de una de las grandes empresas que es además el accionista muy mayoritario de Edicions 62, la primera editorial catalana. 

El Planeta nunca ha escondido que quiere que las novelas sean también un gran éxito comercial. Y el discurso de ánimo -en especial a los libreros- de Crehueras oficializó la ya consagrada sucesión. La editorial, que sigue siendo propiedad al 100% de las cuatro ramas de la familia Lara, tiene a su frente un gestor que no es de la familia y de estilo más colegial y menos personalista que el de sus antecesores Lara Hernández y su hijo Lara Bosch. Ambos José Manuel.

Una ciudad también crea marca a través de sus premios culturales. Ahí está el Goncourt de París, otorgado siempre en el restaurante Drouant. Que el Planeta apueste por Barcelona es una buena noticia que compensa algo la tristeza de una ciudad sin visitantes.

En cambio, no es fácil de entender la decisión municipal de suspender este año los premios Ciudad de Barcelona a creadores barceloneses. Es un premio de tradición, que se otorga desde 1949 y es una lástima que se interrumpa, aunque sea solo -esperemos- por un año. La pandemia ha tenido graves consecuencias, pero la creación artística, científica, literaria… de la ciudad afortunadamente no se ha paralizado.  

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