Un chiste

¿Lo saben aquél? El Coro de Discapacitados Psíquicos de Santa Eduvigis -por poner un nombre- se presenta en público interpretando 'La cucaracha'. Éxito colosal, giras por los cinco continentes, millones de autógrafos, selfis y discos vendidos. El coro decide tomarse una pausa de tres años para reflexionar sobre su nuevo proyecto. Transcurrido este tiempo, todas las redes y medios de comunicación del planeta anuncian su reaparición, ahora con 'La polonesa' de Chopin. Noche de estreno. Máxima expectación. Se alza el telón. Interminable aplauso. Silencio. Y cantan: “La polonesa, la polonesa ya no puede caminar…” con la misma música de su gran éxito anterior.

Pensé de inmediato en este viejo y políticamente incorrecto chiste al escuchar por TV-3 a Puigdemont, su enviado especial a Bruselas, explicar al mundo cómo se materializará la confrontación inteligente de JxCat ante el represivo y monárquico Estado español. Jaime Gil de Biedma, cráneo privilegiado, lo dejó muy claro: “La inteligencia está muy bien repartida; todos tenemos poquísima”. Tal vez Puigdemont sea la excepción, ya que a lo largo de tres años el viajado 'president' ha logrado ir mucho más allá que los de Santa Eduvigis al no alterar letra ni música para su nuevo hit 'Más de lo mismo', porque para su situación personal es lo más inteligente. Su pacifista inteligencia militar incluso le llevó a incitar a los Mossos -'su' policía armada-  a la insurrección.

No hay una definición unitaria aceptada de la palabra que nos ocupa. En 1994, el 'Wall Street Journal' publicó el artículo 'Mainstream Science on Intelligence' firmado por 52 primeras espadas del saber, que acordaron: “La inteligencia es una capacidad mental que, entre otras cosas, implica la capacidad de razonar, planificar, resolver problemas, pensar de manera abstracta, comprender ideas complejas, aprender de la experiencia (…) comprender el entorno y ejercer la autocrítica”. 

Puigdemont comprende perfectamente a su entorno, pero no ha aprendido de la experiencia. Ni falta que le hace: recibirá cientos de miles de vibrantes votos porque tanto él como sus antecesores han ido educando a su emocional electorado en que ni resolver problemas ni comprender ideas complejas ni abstracciones forman parte de su misión en la tierra. Marmóreos, nunca se han tomado la molestia de razonar sobre aquello en lo que creen. Lamentablemente, el chiste no cuenta cómo reaccionó el entregado público después de escuchar 'La polonesa'.

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