Al contrataque

Los tres errores de Puigdemont

Puigdemont debería saber que Junqueras dio el 'sorpasso' a CiU en las encuestas vendiendo una gestión inexistente

Carles Puigdemont, durante un acto de la ANC en Bruselas, el 5 de septiembre.

Carles Puigdemont, durante un acto de la ANC en Bruselas, el 5 de septiembre. / periodico

Xavier Sardà

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El primer error de Puigdemont es seguir el juego a Junqueras y decir que se llevan bien. Es sus libros, el 'expresident’ cuenta que Junqueras nunca se definió sobre si prefería DUI o elecciones y que le retrataba como "cobarde y traidor" por su marcha a Bruselas. Preguntado esta semana sobre si lo que cuenta podría afectar a su relación con ERC, Puigdemont ha dicho: ”Creo que los ciudadanos de Catalunya deben ser tratados como mayores de edad". Junqueras dijo en TV-3 que las relaciones entre ambos son "muy muy muy muy muy cordiales". Cuando Puigdemont lo corrobora, actúa como la pareja de la genial novela 'El príncipe destronado' de Delibes, que mantiene la ficción de su matrimonio por los niños. 

El segundo error de Puigdemont consiste en no denunciar la inconsistencia de los que dicen que ERC es el voto útil para la independencia por su supuesta capacidad de obtener voto metropolitano. La realidad es la contraria. En las últimas municipales, ERC perdió votos y la alcadía de Sant Vicenç del Horts. Igual algunos se hartaron de sus ‘fake news’. Decían que era "el municipio de Catalunya donde más había bajado el paro" durante el mandato de Junqueras como alcalde. Pero la realidad es que el paro pasó del 20,06% en junio del 2011 cuando tomó posesión, al 18,71% en diciembre del 2015 cuando lo dejó. Esto es una bajada absoluta del 1,35% (la segunda menor de los 30 municipios del Baix Llobregat). Además, alardeaba de que los alumnos del municipio obtenían el 3% de los premios extraordinarios de bachillerato de toda Catalunya. Cuando lo contaba siendo alcalde, ningún alumno de los centros educativos de Sant Vicenç dels Horts ganó el premio. Puigdemont debería saber que Junqueras dio el ‘sorpasso’ a CiU en las encuestas vendiendo una gestión inexistente.  

Y el tercer error es no dejar que Aragonès dé el discurso de Navidad. El ‘vicepresident’ no podría evitar una emotividad que dejaría en mantillas a la Casa de la Pradera. Después de verlo, los independentistas preferirían votar a cualquier otro partido.

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