Desde Badalona

Josep Benet en Badalona

La idea benetiana de 'Catalunya, un sol poble' fue determinante para la convivencia; lo que costó mucho construir se puede destruir en muy poco tiempo

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Miguel Guillén

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Este año se celebra el centenario del nacimiento de Josep Benet, activista, intelectual, político, historiador, abogado, editor... Una de las personalidades más importantes de la sociedad civil catalana de la segunda mitad del siglo XX y pieza clave del catalanismo de izquierdas durante la Transición. Fue uno de los impulsores de la Assemblea de Catalunya y encabezó la candidatura del PSUC en las elecciones al Parlament de 1980, llegando a liderar una moción de censura contra Jordi Pujol. Está considerado el creador de la frase "Catalunya, un sol poble", concretamente en un acto de homenaje a Pompeu Fabra en Badalona el 24 de marzo de 1968.

Benet, flanqueado por Manuel Sacristán y Joaquim Molas, tal y como explica Jordi Amat en su magna biografía 'Com una pàtria', pronunció estas palabras: "En este combate nos encontramos todos los ciudadanos de este nuestro país que queremos vivir en democracia y libertad. Todos, tanto los catalanes de origen como los otros catalanes. Todos reclamando que la enseñanza del idioma catalán sea una realidad para todos, para que en Catalunya nadie se pueda sentir discriminado por razón de idioma. Porque unos y otros, catalanes de linaje y nuevos catalanes, formamos un solo pueblo". Se trataba de una época en la que centenares de miles de personas llegaban a Catalunya procedentes de otros lugares de las Españas, huyendo de la miseria y buscando un futuro mejor. Badalona pasó de 61.000 habitantes en 1950 a más de 225.000 en 1980, y nuevos barrios y nuevas realidades aparecieron casi sin planificación.

Aquella idea de Benet, que después otros hicieron suya, fue determinante para la convivencia y la construcción de un país que estaba experimentando unos cambios extraordinarios, especialmente en ciudades como Badalona. El trabajo, el tesón y la responsabilidad de muchos hizo que, tras años y esfuerzos, la idea benetiana de "un sol poble" triunfase. Pero los tiempos cambian, y por desgracia se demuestra que lo que costó mucho construir se puede destruir en muy poco tiempo. El fanatismo y la irresponsabilidad parecen imponerse.