LEO Y EL NUEVO PROYECTO CULÉ

¿Cuánto le durará el luto a Messi?

Leo Messi mira el electrónica ante el Villarreal.

Leo Messi mira el electrónica ante el Villarreal. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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Cada uno tiene derecho a pasar el luto como quiera, donde quiera, con quien quiera y durante el tiempo que quiera. Solo faltaría. Leo Messi está experimentando solo un cambio de escenario, una ligera variación sobre sus colegas de vestuario (tampoco tanto, pues en la alineación del domingo seguían habiendo ocho jugadores del 2-8 y, si hubiese jugado Ter Stegen, que es lo que tocaba, hubieran sido nueve, ¡una barbaridad! para aquel ridículo y el juramento azulgrana de que la cosa cambiaría) y, sí, la despedida, casi despiadada (eso es cierto, pero no para tanto luto) de su amigo del alma Luis Suárez, que ya triunfa (de momento) en otro club, y el traspaso del exótico Arturo Vidal, que corría por él. Ahora, por Messi, corren los otros diez ¡por fin!

No sé si Messi piensa tener esa cara a lo largo de los meses que aún le quedan de contrato. Ignoro si piensa seguir haciéndonos pagar su cabreo o, de pronto, se aburrirá de hacerse el enfadado y, además de empezar a jugar como solo él sabe hacerlo, como 'D10S', decidirá formar parte del nuevo proyecto que, sin duda, necesitará del mejor Messi para (intentar) conseguir sus objetivos.

Ojalá llegue el cambio

Me temo que el enfado es personal, el dolor individual y estoy convencido de que muy pocos de los que le rodean en su vida diaria le ayudarán a pasar este luto. Mucho, mucho, no le han ayudado últimamente, la verdad, ni siquiera su abogado por cómo ha terminado la cosa.

Es posible, insisto, que mañana mismo, en Balaídos, se arregle todo y Messi vuelva a ser el Messi de siempre. En el minuto 39 del domingo (lo apunté en un folio porque me pareció flipante), Messi acorraló, con la ayuda de Sergi Roberto y Busquets, a un defensor del Villarreal, ante el banquillo de Ronald Koeman, haciendo una presión brutal, nunca vista. No digo que el Barça necesite a ese Messi, pero sí digo que ese gesto demuestra que Leo sabe, perfectamente, qué pretende el nuevo técnico de sus jugadores: entrega, presión (no como la locura que le vimos al Liverpool ante el Arsenal, ¡dios como muerde esa gente!), disciplina y complicidad. Si el Barça defendió mejor ante el Villarreal fue porque defendieron todos, cosa que antes no ocurría.

El Barça de Ansu Fati

Es posible que a Messi, además de todo lo que le ha pasado (y no pasado, es decir, no ha logrado abandonar el Barça como quería), le estén ocurriendo cosas que no tenía previstas. Jamás creyó ¿verdad? que Ansu Fati, al que mimó, se fuera a los brazos de Jorge Mendes, abandonando a su hermano Rodrigo, que había logrado tener la gallina de los huevos de oro en casa. Ni mucho menos que del ‘Barça de Messi’ pasásemos, en un día, al ‘Barça de Ansu Fati’. O, sin ir más lejos, nunca pensó que en cuanto Coutinho cogiera el balón y llegase al semicírculo del área del Villarreal, se lo cediese a Ansu Fati, al que tenía a su izquierda, para el 2-0, en lugar de dársela a él, que le acompañaba por la derecha.

Eso, señores, no había ocurrido nunca, jamás, en los últimos 10 años. Y sucedió el domingo. Son señales de que o Messi se suma con la mejor de sus sonrisas al nuevo proyecto o Koeman y el viejo-nuevo Barça (¡ojito a Trincao y Pedri!) tirarán ‘palante’ sin él.

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