análisis

La caja negra de Trump en manos de Biden

Los rivales demócratas están obviamente encantados con este enésimo episodio, en no pagp de impuestos, que zarandea la moral pública del presidente

debate biden trump

debate biden trump / periodico

Carlos Carnicero Urabayen

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Con las elecciones a la vuelta de la esquina, se acerca la hora del gran examen sobre Trump, un presidente con un áurea indestructible, salpicado de escándalos y polémicas de todo tipo y a pesar de todo siempre a flote. El primer debate electoral nos dará una idea sobre la capacidad real de Joe Biden para señalar las evidentes debilidades de Trump y situarse como alternativa.

'The New York Times' ha publicado una información potencialmente explosiva, tras años de rumores sobre las declaraciones de impuestos de Trump. El reportaje de investigación, una suerte de caja negra sobre los avatares fiscales del presidente durante las dos últimas décadas, contiene muchísimos detalles, pero ha calado especialmente en el debate público una cifra: los 750 dólares que Trump pagó en su declaración de impuestos federales en el 2016 (año de su victoria electoral) y en el 2017.

La cantidad es, naturalmente, ridícula, si atendemos a la riqueza global de un magnate que se regodea de sus éxitos empresariales y si lo comparamos con las cifras que pagaron sus antecesores en sus declaraciones de impuestos en el año en que iniciaron su mandato: Reagan, 165.202 dólares; Bush padre, 101.382; Clinton, 62.670; Bush hijo, 250.221 y Obama, 1.792.414.

Otro aspecto importante sobre la caja negra fiscal de Trump se refiere a los dudosos arreglos de todo tipo de los que se ha valido para pagar unas cantidades irrisorias. El exinspector general del departamento de justicia, Michael R. Bromwich, sugiere que los recientes comentarios de Trump sobre su no disposición a abandonar el poder en caso perder están relacionados con el sombrío panorama judicial al que debería hacer frente a su salida de la Casa Blanca. Le esperan acusaciones sobre “fraude bancario” y “fraude fiscal”, entre otros cargos, según Bromwich.

Moral pública

Los rivales demócratas están obviamente encantados con este enésimo episodio que zarandea la moral pública del presidente. ¿Aprovecharán esta munición fresca? La congresista Alexandria Ocasio-Cortez atiza al recordar que ella pagó muchísimos más impuestos, “miles de dólares”, en esos mismos años, 2016 y 2017, cuando trabajaba como camarera en Nueva York. ¿Se harán la misma pregunta sus votantes?

Es previsible que Biden trate en el debate de situar a Trump y sus manejos económicos en las antípodas del perfil del votante humilde al que dice representar. El candidato demócrata atacará el nexo invisible que une a cualquier votante con su candidato: la autenticidad. ¿Es esta persona la que dice ser?

Pero más allá de la artillería demócrata, el debate pondrá a Biden bajo el gran foco. Nadie duda de su capacidad de gestión, avalada por su amplísima trayectoria política que incluye ocho años en la vicepresidencia con Obama, pero hay dudas sobre si tiene el vigor y la frescura suficiente para derrotar a un presidente que tiene alma y talento para el show. Las encuestas favorecen a Biden, pero también dijeron prácticamente lo mismo sobre Hillary Clinton. Hay mucho partido por delante.