Dos miradas
El desvarío
La angustia se ha disparado y cada uno lidia con ella como puede. Crece la ansiedad, la depresión, el pánico. Nadie, absolutamente nadie es inmune al quebranto
De nuevo una aparición fugaz de Miguel Bosé en las redes sociales. De nuevo, el eco de las mofas. Me pregunto de qué nos reímos. ¿Estamos ante un pensador preclaro o, simplemente, ante una persona que está viviendo momentos de desequilibrio? ¿Nos reímos del delirio, del trastorno, de la enajenación? Al fin y al cabo, ¿no es una maldita locura lo que estamos viviendo?
Un virus que está golpeando a toda la humanidad. Como siempre, mucho más duramente a los más vulnerables. Capas y capas de inquietud que ahogan el horizonte colectivo. El dolor por los perdidos, el miedo a infectarse, el temor a que los niños se contagien en la escuela, las prevenciones para a ver a los mayores… Y, por supuesto, el temor a perder el empleo, a que cierre la empresa, a que no salgan adelante los proyectos trabajados, a que las cuentas ya no cuadren definitivamente, a que salte por los aires lo mucho o lo poco que parecía estable. La angustia se ha disparado y cada uno lidia con ella como puede. Crece la ansiedad, la depresión, el pánico. Nadie, absolutamente nadie es inmune al quebranto. ¿De veras hay motivos para las mofas?
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