Análisis

Lo que nos queda por hacer

Hemos tenido otros virus, no tan malignos, pero que han minado nuestra moral: la ausencia de creatividad, el abandono del diseño...

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Lluís Bassat

Lluís Bassat

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La Mercè es una fiesta de alegría, de convivencia, de miles y miles de personas en la calle, de fuegos artificiales, pero este año, desgraciadamente no será igual. La culpa es del coronavirus, pero no solo del coronavirus. Hemos tenido otros virus, no tan malignos, pero que han minado nuestra moral. La ausencia de creatividad en nuestra ciudad, que fue pionera no hace tanto tiempo. El abandono del diseño, o lo que es peor un nuevo diseño totalmente equivocado. Ayer recibí una foto de una terraza de bar encajonada entre elementos de hormigón, con un corto texto que decía: Barcelona ponte cutre. Las rayas de colores en las calles, los dibujos pretendidamente barceloneses, los bancos de hormigón en medio de la calzada, la circulación que no se arreglará estrechando las calles, si no mejorando el transporte público… Son demasiadas cosas y podría citar muchas mas, pero no quiero. Prefiero pensar en positivo, en lo que nos queda por hacer, que es mucho y necesario.

En primer lugar la salud. Tenemos hospitales de nivel mundial, pero hay que dotarlos de más recursos para que puedan continuar su labor de investigación y de asistencia. Es vergonzoso que un médico, que ha pasado 10 años estudiando, cobre por hora lo mismo que la persona que va a su casa a hacer la limpieza. Eso hay que arreglarlo. En educación también hay mucho que hacer, mientras haya niños estudiando en barracones y salgan de las escuelas y después de la Formación Profesional o de las universidades sin la mas mínima perspectiva de encontrar trabajo. Y cómo lo van a encontrar si en la mayoría de demandas de trabajo se pide un buen nivel de inglés. El inglés solo se aprende bien, de verdad, de niño. De muy niño. Mis nietos mellizos de ocho años, hablan catalán con sus padres, castellano con otros miembros de la familia, aprendieron portugués al vivir dos años en Mozambique, hablan y escriben francés en el Liceo francés de Barcelona, e inglés con una estudiante que sus padres acogieron en su casa. Y los cinco idiomas con una pronunciación envidiable, que ya la querría yo para mí, que me he pasado la vida estudiando inglés, eso sí, de mayor. Por favor, reconozcan que la inmersión lingüística solo sirve para que los niños hablen y escriban muy bien catalán, lo que es perfecto, pero a costa de empezar a aprender otros idiomas cuando ya es tarde.

También creo que en la educación primaria se debería enseñar a todos los niños y niñas a presentar sus trabajos verbalmente al resto de la clase, para irles preparando para algo tan importante como es hablar en púbico, cosa que hacen en otros países y nosotros no hacemos, por lo que a nuestros jóvenes les aterroriza ponerse delante de un micro. Hay que volver a liderar en materia de cultura y no solo esperar que el Museo Hermitage se digne a instalarse en Barcelona. Hay que acabar la estación de la Sagrera y la línea 9 del metro.

Por último, hay que conseguir más y mejor empleo y mientras el empleo no lo dé la Generalitat o el Ayuntamiento y lo den las empresas, hay que facilitarles la vida, tratarlas con respeto, hacer que se sientan cómodas y que ni les pase por la cabeza irse, porque si lo hacen, seguirán creando empleo, pero en otro sitio. Y donde queremos que todo el mundo tenga un buen trabajo, es aquí.

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