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¿Demasiado para Arrimadas?

Cs experimenta un alza en estimación de voto y su lideresa es la tercera preferida para presidir el Gobierno

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pedroarrimadas / periodico

Joan Tapia

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<strong>La encuesta del CIS de septiembre</strong> dice que tanto el PSOE como el PP han perdido estimación de voto respecto a julio. La diferencia es que el PSOE tendría hoy un porcentaje superior al de las últimas elecciones mientras que el PP seguiría a la baja. Y tanto Vox como Podemos -tercer y cuarto partido respectivamente - tienen una estimación de voto inferior a la de las últimas elecciones.

El partido que sube es Cs, que del 6,8% de los comicios de noviembre del 19 pasó al 8,8% en julio y está ahora en el 10,6%, situándose ya cerca de Vox (11,7%) aunque más lejos de Podemos (12,2%). Y en las preferencias como presidente del Gobierno, el destacado es Pedro Sánchez con un 27,9% (bajando), seguido a distancia por Pablo Casado (9,1%). Inés Arrimadas ya era la tercera preferida en julio (6,9%) pero en septiembre ha subido sensiblemente (8,9%), quedando muy por delante tanto de Abascal como de Iglesias.

Así pues, Cs incrementa su estimación de voto y Arrimadas su valoración como posible presidenta. Lo más probable es que en la ciudadanía haya un cierto cansancio del bloqueo permanente entre derecha e izquierda que impide el más mínimo consenso y que la decisión de Cs de apoyar al Gobierno durante el estado de alarma y de estar dispuesto a negociar los presupuestos esté siendo valorada.

Arrimadas ya declaró en primavera que ningún partido había pagado tanto sus errores como Cs, que entre las elecciones de abril y noviembre del año pasado se desplomó de 57 a 10 escaños. Arrimadas no concretó, pero es evidente que el gran error entonces de Albert Rivera fue olvidar su papel de bisagra centrista y liberal -que podía apoyar al PP o al PSOE según las circunstancias- para disputar al PP el liderazgo de la derecha, con actitudes contra Pedro Sánchez similares -o incluso más duras- que las del PP. Y es natural que en el centroderecha conservador haya hoy electores que lamenten que en la primavera del 2019 no se formara un gobierno Sánchez-Rivera que habría evitado la repetición de elecciones y que hoy tendría mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. Debe ser en esta franja de electores -reacios a la división entre 'nacionales' y 'rojos'- donde Inés Arrimadas esté recuperando apoyos.

Pero un proyecto de centro exige no solo capacidad táctica -Rivera la tuvo hasta que se creyó su propia propaganda- sino también convicción política. Arrimadas argumenta ahora que las negociaciones con Sánchez tienen como fin que el gobierno de España no dependa de ERC y Bildu. Por el contrario, ERC afirma que la presencia de Cs imposibilitaría el apoyo a los presupuestos del bloque de la investidura. Son los vetos cruzados que comentó Sánchez <strong>en su entrevista de La Sexta del pasado sábado.</strong>

La desconfianza de la izquierda ante Cs tiene sus razones. Al igual que la de Cs ante Podemos y el independentismo. Pero una de las prioridades de un partido de centro debería consistir en 'desinflamar' la división de España en dos mitades siempre contrapuestas. ¿Demasiado para Arrimadas?   

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