PROBLEMAS EN EL PP
La maldición de Casado
El camino del jefe del PP está siendo un viacrucis de tropiezos, errores, oportunidades perdidas y contratiempos. Ahora caen sobre él la 'operación Kitchen', la gestión de la pandemia en Madrid y el reenfoque de Ciudadanos
Luis Mauri
Director adjunto
LUIS MAURI
¿Están sujetos los ángeles de la guarda a controles de productividad, allá en el cielo? <strong>Marcelo</strong>, el custodio de Fernández Díaz -así lo ha bautizado el propio exministro de Rajoy-, debe de tener razones para estar alicaído. Quizás haya ayudado a su pupilo a encontrar aparcamiento en el centro, algo provechoso pero que ni quita ni pone en términos de moralidad, pero en lo que concierne a apartarlo del pecado, del error, de la mácula, en especial de la mentira, nada de nada. ¿Qué consecuencias laborales debe de tener esto en el cielo?
No consta que Casado, también creyente y practicante, haya intimado con su ángel de la guarda como Fernández Díaz con Marcelo. Ni siquiera que tenga conciencia alguna de su asistente. Sea como sea, la rentabilidad del custodio del líder del PP no es mejor que la de Marcelo. Más que protegido por un ángel, Casado parece estigmatizado por una maldición.
Viacrucis de errores
El camino del jefe del PP está siendo un viacrucis de tropiezos, errores, oportunidades perdidas y contratiempos. Apadrinado por Aznar, no ha logrado lo que este y Fraga: embutir (y diluir) a la ultraderecha dentro de las costuras del partido. Escindida Vox y oxigenada por el ventarrón populista global, Casado no ha sabido o querido liberarse del vértigo centrípeto de la <strong>extrema derecha</strong>. Qué lejos queda del PP la pétrea intolerancia de Merkel con los ultras.
Las marcas electorales de Casado son deficitarias, apenas maquilladas por el trastazo de Ciudadanos. Los recurrentes anuncios de giro al centro han perdido toda credibilidad. Hoy proclama moderación, mañana aúpa a <strong>Álvarez de Toledo</strong> y pasado la despide con otro canto de sirena centrista.
Mascarón de proa
En plena desorientación (de la que se salva Feijóo, que aguarda su hora en la esquina noroeste), caen sobre el PP de Casado dos obuses aniquiladores. El escándalo de la repugnante <strong><em>operación Kitchen</em></strong> y la deplorable gestión de la <strong>pandemia en Madrid</strong>, el mascarón de proa institucional del PP.
Como las desgracias nunca llegan solas, Cs ve en los Presupuestos de Sánchez una oportunidad de redención electoral. Y el PSOE ve una vía hacia la defenestración de Ayuso en Madrid. Cs alberga dudas lógicas ante una moción de censura, pero la Kitchen y la gestión sanitaria podrían cimentar el relato del cambio de caballo.
No, el ángel de la guarda de Casado tampoco se gana el sueldo.
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