Análisis

JxCat necesita ganar tiempo

Si hubiera sido por Torra probablemente ya se hubieran convocado los comicios, pero Puigdemont sabe que su partido no está aún en disposición de presentarse a unas elecciones

Quim Torra, en el Parlament.

Quim Torra, en el Parlament. / periodico

Gemma Ubasart

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La intervención de Quim Torra en el debate de política general no se ha salido mucho del guion previsto. El 'president' había anunciado que solo hablaría de la situación del país y de la gestión de la pandemia. Y así lo ha hecho. Ha dedicado dos horas a explicar cómo se ha hecho frente a la situación excepcional y cuáles son los planes futuros en el campo sanitario, económico y social. Solo al final de su discurso se ha referido a cuestiones que podríamos decir más políticas. ERC y la CUP habían pedido antes de esta sesión pactar una hoja de ruta ante su inminente inhabilitación pero Meritxell Budó fue clara:  planteamientos de estos tipos “normalizan la represión”.

Cuatro son los escenarios que se podrían abrir a partir de ahora, cada uno con sus partidarios. En primer lugar, la convocatoria anticipada de elecciones. Hace tiempo que desde el PSC y los 'comuns' reclaman que se ponga fin a un Govern agotado. En ERC, aunque con la boca pequeña, también es la opción que más prefieren. Ir a las urnas y recomenzar con un nuevo gobierno y legislativo. En segundo lugar, escoger otro presidente que sustituyera a Torra cuando este no pueda continuar ejerciendo sus funciones. <strong>Artur Mas</strong>, por ejemplo, vería bien esta opción. A una parte del mundo posconvergente, aquel que tiene más aversión al riesgo, le parecería un buen camino. Aunque no se han posicionado abiertamente, en Ciutadans temen volver a las urnas. Tampoco les iría mal desde su punto de vista: 'qui dia passa, any empeny'. En tercer lugar habría la posibilidad de explorar una 'vía Venturós'. Desde la CUP se ha apuntado la propuesta de una doble presidencia: una simbólica y la otra la efectiva. 

Y finalmente habría el escenario de no hacer nada. Ir a una convocatoria automática de elecciones una vez se hayan agotado los plazos sin llegar con éxito con una elección en sede parlamentaria. JxCat se sitúa en esta apuesta y, más por omisiones que por acciones, empuja el país hacia aquí. Pero no a todo el mundo de este mundo le convence la opción. El mismo 'president' Torra ha tenido dudas. Si hubiera sido por él probablemente ya se hubieran convocado los comicios. Más activista que político, su obsesión actual es la gestión de la pandemia. Y, por lo tanto, sabe que es necesario tener un Govern potente y legítimo para gestionar la emergencia que tenemos encima. Una maquinaría ejecutiva bien engrasada. Pero Carles Puigdemont, este sí político con todas las letras, con olfato y capacidad de liderazgo, sabe que necesita ganar tiempo para poder preparar con éxito el desafío electoral. JxCat todavía no está en disposición de presentarse a unas elecciones. Y esta constatación es la que de momento se ha impuesto.

Porque, de hecho, la incógnita de cómo se presentará el mundo posconvergente, y la potencia electoral que este puede mantener, es la única variable relevante que queda para resolver en relación a los futuros comicios. ¿Conseguirá Mas recuperar la unidad perdida o habrá una lista encabezada por Puigdemont y otra por Àngels Chacón? En caso de que esto suceda, ¿qué electorado atraerá cada oferta? ¿Marta Pascal disputará su escaño con el PDECat o con el PNC? Muchas cosas pueden pasar todavía. Pero, por eso, JxCaT necesita ganar tiempo.

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