Dos miradas
Respirar de nuevo
Los populismos clamarán por blindar la burbuja, pero también podemos colectivizar la esperanza y aprender a respirar de nuevo

Niños con mascarilla en un colegio de Navarra. /
Hace meses que contenemos el aliento. En pleno confinamiento se convirtió en un gesto intuitivo, cuando topábamos con alguien en el pasillo del supermercado, cuando coincidíamos en la entrada y salida de la farmacia... Ahora lo hemos convertido en metáfora. Viajar en transporte público imaginándonos en una burbuja, anhelar que una pompa de protección acompañe a los hijos en la escuela. Vivir conteniendo el aliento. Soñar con una membrana que nos separe de la enfermedad y la muerte, esas palabras que habíamos confinado al ámbito privado. Se compartían otras cosas, otras preocupaciones y otras ilusiones. Desde la negrura del paro hasta la luz de la recuperación. Y los populismos, pura fluorescencia. Pero ahora, y aún cuesta asumirlo, compartimos el miedo. Un temor que son muchos.
Sí, contenemos el aliento ante el desastre. Vendrá el otoño y la nostalgia se multiplicará. También el dolor. En las respuestas políticas a ese sufrimiento nos jugamos la construcción del futuro. Los populismos clamarán por blindar la burbuja, pero también podemos colectivizar la esperanza y aprender a respirar de nuevo.