Tribuna

La educación, prioridad de país

En el Govern de Catalunya ha faltado iniciativa, planificación, diálogo e interlocución en un momento especialmente sensible y de emergencia como el actual

Coronavirus

Coronavirus / periodico

Miquel Iceta

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Con el inicio de <strong>curso 2020-21</strong> recuperamos la presencialidad educativa que se interrumpió hace seis meses por la pandemia. En este tiempo, la sociedad catalana ha tomado plena conciencia de dos hechos especialmente relevantes. El primero, la importante tarea en equidad que hace la escuela y cómo se agrava la desigualdad cuando no está. El segundo, las limitaciones y debilidades de nuestro sistema educativo después de años de recortes de gobiernos de la derecha nacionalista.

Sin duda, los dos son motivos para movilizarnos como sociedad y para reivindicar la educación como prioridad de país. Lo es para el PSC y así será cuando volvamos a gobernar,  invirtiendo en políticas de conocimiento y aprendizaje con efectos multiplicadores en la economía, la industria, el bienestar y la cultura. La apuesta por la educación es la auténtica bandera de ciudadanía en la cual todos los catalanes y catalanas, desde el pluralismo, nos tenemos que reconocer.

No se pueden ahorrar recursos dedicados al motor del que tiene que ser el centro de la reconstrucción social de la etapa poscovid. Ahora, para empezar, tenemos que ofrecer la máxima seguridad y las mejores condiciones sanitarias, docentes y materiales en los 5.167 centros educativos de toda Catalunya, que son el verdadero pulmón renovador del país y donde se decide nuestro futuro. Recortar en educación y salud, ya lo hemos visto, sale muy caro.

La actuación del Govern

Este curso será excepcional. Lo que no ha sido excepcional, desgraciadamente, es la actuación del Govern de la Generalitat para garantizar las mejores condiciones para iniciar el curso, yendo a remolque de los municipios, dificultando la tarea de los equipos directivos y generando confusión y desconfianza en la comunidad educativa. Ha faltado iniciativa, planificación, diálogo e interlocución en un momento especialmente sensible y de emergencia como el actual. Actuar de forma unilateral e improvisada nunca es aconsejable y los costes los acabamos pagando todos. 

Los y las socialistas seguiremos cooperando y a la vez controlando la acción de gobierno para que se cumplan los anuncios hechos y se escuchen otras propuestas que hay que tener presentes. Todavía ahora, a las puertas de iniciarse el curso, un 30% de los centros no cumplen las ratios de un máximo de 20 alumnos por aula. Los municipios han ofrecido espacios sin recibir respuesta, no tendrán ningún apoyo para incrementar los servicios de limpieza y desinfección, y muchos de los 125.000 docentes desconocen cuándo llegarán los refuerzos que se han prometido. Temas como la reducción de ratios, la contratación de profesorado, las dotaciones digitales, las becas-comedor, la equidad, la innovación y el refuerzo de la escuela pública son, más que nunca, centrales en la agenda socialista. 

Justamente para fortalecer nuestro sistema educativo y universitario, el Gobierno de Pedro Sánchez ha transferido a Catalunya 448 millones adicionales: 67 millones para universidades, 270 millones para el resto del sistema y 110 millones de aumento por becas, equidad digital y formación profesional. Mientras tanto, no sabemos cuál es el volumen de fondos propios que ha destinado el Govern de la Generalitat para hacer frente a esta situación de emergencia. Los y las socialistas, en cambio, nos sentimos firmemente comprometidos con la educación, para avanzar en el objetivo de llegar a un 5% del PIB de inversión en educación en el año 2025. 

Esta semana recuperamos una normalidad educativa no exenta de riesgos, y así será mientras no se universalice una vacuna eficaz. Mientras tanto, las precauciones y un comportamiento responsable son la mejor vacuna, así como la confianza en la profesionalidad de docentes, médicos y personal sanitario y de servicios sociales que tienen todo nuestro reconocimiento por su tarea esencial. Son los pilares de la sociedad del bienestar a la que los progresistas nos hemos comprometido.

Hagámoslo juntos. La tarea que tenemos por delante es considerable pero también ilusionante. Invertir para universalizar la guardería gratuita, bajar las ratios, erradicar la segregación escolar, reducir el abandono escolar prematuro, desplegar currículums competenciales y más coherentes, invertir en digitalización, reforzar las competencias lingüísticas, impulsar la escuela inclusiva y las STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas), renovar la formación docente, apostar por la formación profesional 4.0, acreditar competencias de los adultos sin titulación, promover ciudades educadoras, crear un sistema propio de becas y fortalecer el sistema de universidades, ciencia e investigación. Es la hora de la educación y de políticas predistributivas que fortalezcan la igualdad de oportunidades como nunca antes en Catalunya. Es una prioridad de país que no puede esperar más. Bastante tiempo hemos perdido ya.