El papel de las familias

Inicio de curso: acompañar la ilusión en tiempos inciertos

Hemos de decir a los niños y niñas: "Qué suerte tienes de volver a escuela, ya me gustaría a mí"

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Alba Castellvi

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Esta vuelta no es como las otras. Este curso es incierto, la inquietud por lo que pueda pasar se nos impone y en la comunidad educativa, con las familias delante, estamos preocupados.

Por eso estas palabras son necesarias. Por eso hoy, en el tramo final de la cuenta atrás para el comienzo de curso, quiero hablar de un detalle que este año tenemos que cuidar de una manera especial, no sea que lo perdamos de vista con tanta preocupación y tanta incertidumbre. Se traca de la ilusión por recomenzar. Familias, maestras, profesorado y Administración estamos tan concentrados en las condiciones de la vuelta, en la organización práctica de los espacios, de los tiempos, de las prevenciones... que podría ser que olvidáramos que para los niños y niñas las circunstancias solo son el marco, el terreno de juego. Lo que se juega es el partido del curso, es la socialización secundaria, es la vida fuera de casa, es el ser igual entre iguales, es el aprender de otros adultos y de los compañeros, es el crecer en sociedad. Es muy comprensible que estemos preocupados y <strong>atareados con las cuestiones logísticas</strong>, pero hay que poner el acento en cómo de importante es, en casa, vivir con los niños la emoción del hecho en sí de empezar de nuevo. Todo lo que implica internamente para los niños es muy grande, y hay que procurar acompañarlo bien.

Hacerlo va más allá de tener a punto todo lo que hará falta y de mentalizarlos de las circunstancias. Acompañar bien el inicio de escuela quiere decir vivir con ellos la expectativa y la relevancia del momento y de todo lo que vendrá a continuación.

Apoyo emocional

Los niños y niñas hace exactamente seis meses que no hacen vida en el centro educativo. Es un tiempo muy largo. Cuanto más pequeños son, claro está, representa relativamente más tiempo, pero incluso para los más grandes medio año es una barbaridad, el tiempo más largo que han estado nunca sin escuela. Implica una pérdida de contacto notable en dos aspectos: las rutinas docentes y las relaciones personales. ¿Cómo podemos hacer un buen apoyo emocional de la vuelta a la escuela? Desde la la familia, es el momento de transmitir ilusión, poner énfasis en la importancia de ir a la escuela, de aprender, de aprovechar el tiempo que estén allí, de dar valor a lo que aprenden, a la relación que se establece con los maestros, con los amigos. Dar valor es fundamental, y transmitir ilusión también, y está en manos de los padres y madres.

Ahora quizá estemos más concentrados en las preocupaciones que en las ilusiones. Pensamos si habrá rebrotes, si habrá que volver a casa y cómo nos lo haremos... y es del todo normal, pero el cambio de primer orden que representa para nuestros hijos empezar el curso requiere que tengamos en cuenta lo esencial. Hay que vivir juntos las ganas, la apertura del alma que representa traspasar el umbral de la segunda casa, que es la escuela. Hemos de decir a los niños y niñas: “Qué suerte tienes de volver a escuela, ya me gustaría a mí”, y también: “De aquí a pocos meses sabrás mucho más que ahora, serás más interesante y podrás hacer más cosas”. En general hablamos poco del valor en sí mismo de aprender, de saber más. Haremos bien de subrayar este valor para que los niños y los jóvenes tengan claro y disfruten del sentido de estudiar. Si lo conseguimos será más fácil que estén dispuestos a hacer el esfuerzo que a veces comporta.

Podría ser que más adelante hubiera que mantener desde casa el vínculo con la escuela, y los padres se tendrían que dotar de ideas y recursos para organizar el tiempo y echar una mano en los aprendizajes. Ahora, sin embargo, encender las ganas de aprender y acompañar la ilusión de los hijos en tiempos inciertos es, esta vez más que nunca, la misión de las familias al empezar el curso.