ANÁLISIS

Los malabares los hará Koeman

Koeman, en su primer entrenamiento con el Barça.

Koeman, en su primer entrenamiento con el Barça. / periodico

Sònia Gelmà

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Ya está. Ya lo tienen aquí. Se trataba de retenerlo a cualquier precio porque Bartomeu pensó que no podía permitirse su salida, como si no hubiera ya suficientes motivos para subirse al globo aerostático. Lo que no calcularon, o les dio igual, fue la posición en la que dejaban a Koeman, que deberá ahora seducir a Messi, después de haber dicho en su presentación que solo quiere trabajar con quien quiera estar aquí.

Al holandés le aguarda un doble reto: lograr que su estrella se ilusione y dar forma también a una plantilla descompensada

Doble reto para el holandés, que además de conseguir que su estrella se ilusione, tiene que dar forma a una plantilla descompensada. Diseñada sin idea alguna, más allá de la de “tapar agujeros”, coleccionar cromos o aprovechar oportunidades de mercado.

El ejemplo Griezmann

El ejemplo más claro de ello es el fichaje de Griezmann. Un año después de su incorporación, por fin todos estamos de acuerdo —incluyendo a los protagonistas— el francés no puede jugar de extremo izquierdo. En el nuevo dibujo quizás tenga alguna oportunidad de ser más relevante.

Las posiciones de Messi y Griezmann no son las únicas incertidumbres. Aún no sabemos si Koeman querrá jugar con extremos. Si es así, quizá falte alguno y si no, sobran unos cuantos.

Más pegada que elaboración

Viendo la nómina de delanteros y el contraste con la de centrocampistas, resulta previsible que sea un sistema con más pegada que elaboración. Aunque una vez más, producto de la casualidad y no de un plan preconcebido.

En resumen, un mejunje de jugadores, que alguien ha lanzado sobre un tablero como si se tratara de un juego de mesa y ahora se trata de encontrarle algún sentido. Quizás eso es lo que Messi quería decir cuando hablaba de proyecto. No se trata de discutir la calidad de sus compañeros—que en algunos casos también podríamos—sino de comprobar, año tras año, que nadie sabe a qué quiere jugar este club.

Mientras Koeman busca su plan, la directiva trabaja con sus prioridades, entre ellas la de cuadrar números

Mientras Koeman busca su plan, tampoco resulta aconsejable que haga apuestas muy firmes porque la directiva trabaja con sus prioridades, entre ellas la de cuadrar números. 

Las salidas previstas aligerarán la masa salarial, pero los números se cuadran mejor con ventas que den beneficios. Así que mejor que el técnico no se encariñe con Semedo, por ejemplo, por si acaso.

Cadena de cargos vacantes

La plantilla azulgrana no es consecuencia de una idea común sino el resultado de diferentes decisiones tomadas sobre la marcha. Y el despropósito continúa, de momento.

Entre Koeman y Bartomeu hay una enorme cadena de cargos vacantes, con lo cual ahora es el holandés quien marcará las próximas decisiones. Él pasa a ser el faro del club y es a él a quien le toca hacer con esta plantilla los malabares de los que hablaba Messi.

Viendo el panorama, lo raro no es que el argentino quisiera irse, lo realmente extraordinario es que Koeman aceptará venir. Bienvenido Ronald.