DOS MIRADAS

Del miedo, no...

Que no sea esencia de todas las conversaciones, los análisis y los comentarios sobre el curso que está a punto de empezar

Una trabajadora toma la temperatura a un niño a la entrada del colegio privado internacional American School of Barcelona, en Esplugues de Llobregat (Barcelona), el lunes 1 de septiembre

Una trabajadora toma la temperatura a un niño a la entrada del colegio privado internacional American School of Barcelona, en Esplugues de Llobregat (Barcelona), el lunes 1 de septiembre / periodico

Josep Maria Fonalleras

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Una maestra escribe en Twitter: "No hagamos del miedo la base del retorno a las aulas". Del miedo, no. Que no sea esencia de todas las conversaciones, los análisis y los comentarios sobre el curso que está a punto de empezar. No dejemos que se apodere de la ilusión primigenia de un inicio que no es solo educación sino también convivencia, civilidad.

La escuela es el quicio sobre el que gira la puerta de lo que es realmente importante. Y hablamos de medidas, de profilaxis, de espacios asépticos, de distancia y mascarillas, pero casi no hablamos de pedagogía, de lo que significa avanzar en este camino que es a la vez atractivo y fértil y pedregoso y árido.

Muchos docentes que conozco sí lo hacen, porque sufren por la salud, pero también por los pronombres y las raíces cuadradas, las sumas y la geografía, el 'Tirant' y la botánica. Me evocan un poema de Joan Vinyoli: "Todo da vueltas como en un parque de atracciones,/ pero tú y yo vivimos en el botón de la rueda,/ donde es imperceptible el movimiento". Viven cerca del abismo, con vértigos diarios, pero saben que es en medio de la tormenta, justo en medio del tifón, donde hay que pensar en las cosas imperturbables.