ANÁLISIS

Lo importante es que Messi sigue

Messi y Bartomeu, en la última renovación firmada por el presidente en el 2017.

Messi y Bartomeu, en la última renovación firmada por el presidente en el 2017. / periodico

Antonio Franco

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NO ES LA SOLUCION MAS LÓGICA. Como en este estercolero resultadista la especialidad es pasarse de bando a medida que conviene reiteraré que yo sigo pensando lo mismo: soy de los partidarios de que lo de Messi hubiese acabado con un "deja el dinero y vete, querido". En realidad tenía derecho a irse gratis este verano (lo sabíamos todos) y lo único que pasó es que él y sus abogados se equivocaron en lo del momento de comunicarlo. Pero tras ese error legal el escándalo de forzar la marcha era idiota.

Soy sincero en todas y cada una de las palabras de mi "deja el dinero y vete, querido". Necesitábamos dinero, nos convenía que marchases pero que te fueses bien, y nos salía del alma seguir considerándote querido (por ser tantos años el mejor futbolista del mundo desde tu condición de barcelonista). Pero creía y creo que ahora la máxima prioridad del Barça es empezar cuanto antes un nuevo proyecto con un equipo de juego más colectivo (sin nadiedependencia), más intenso (desvinculado del biorritmo con los descansos y dosificaciones de un hombre mayor).

Eso me parece más fácil de conseguir a corto plazo sin un Leo maravilloso pero objetivamente declinante y durante probablemente solo una temporada más. Pero seguiré diciendo mi verdad: ni descarto ni aconsejo que nadie descarte que este año pueda prolongarse según vayan las cosas. Y lo mismo respecto a algo mejor: que este año o años sean triunfales si existe feeeling en la conexión Koeman-Messi-algunos supervivientes-y-algunos-refrescos. Que esto es un juego, y el Barça tiene mucho jugador listo.

LOS AMORES PRESCINDIBLES. No necesito que Messi se quiera con Bartomeu. Me da lo mismo que añore a Luis Suárez. No me preocupa lo que sueñe con Guardiola (y desconozco cómo le ira este año a nuestro querido Pep con Klopp y los otros ogros que pintan bien en la Premier; o con Neymar en el PSG; o con ese Bayern donde no acabó de triunfar). Doy por descontada la profesionalidad y el ansia ganadora de Messi y su capacidad de ligar con Ter Stegen, De Jong (¡qué partidazo hizo contra Polonia!), quizá PiquéFati, los probablemente renacidos Griezmann Coutinho y el intenso Pjanic  (que puede rememorar lo que nos supuso hace años la incorporación temporal  de Edgar Davis), y alguno más que vendrá. Y con la novedad de disponer de un entrenador con capacidad para ser el director técnico de verdad del conjunto.

DE MADRID A LAS ELECCIONES. Esta temporada puede pasar de todo. El madridismo elabora teorías "made in Roncero" sobre que la continuidad de Messi les beneficia. Pero lo del Barça parece ser todavía más complejo. A Bartomeu le toca irse por la puerta de atrás pese al éxito sensacional de su firmeza en esta crisis (porque esta crisis la ha gestado él) y porque pese a la presunción de inocencia casi toda la afición ya le ha condenado por el 'Barçagate', ese otro 2-8 personal e intransferible que pesa en su casillero.

Las elecciones para sucederle ya tienen vibración negativa por grandes cantadas. Rousaud  es un presidenciable con lengua gasparna al no conseguir diferenciar un error administrativo gravísimo con meter la mano en la caja del club, salvo que se demuestre fehacientemente. Víctor Font ha ofendido a la sensibilidad de muchos barcelonistas sensatos y racionales al dar a entender que aunque Koeman haga el buen trabajo que necesita el Barça si él gana las elecciones preferirá tirar la ruleta cargada que comportará la llegada, sí o sí, de esa atractiva pero todavía incierta solución que se llama Xavi. Sí, aquí vamos a tener de todo.