Leo Messi nos perdona

¿La verdad? El argentino no tenía comprador, por eso se queda

Leo Messi besa la camiseta del Barça.

Leo Messi besa la camiseta del Barça. / periodico

Emilio Pérez de Rozas

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Nos ha perdonado. Leo Messi se queda. Nos hace el favor de quedarse. No ha salido en instagram, abrazado a Gerard Piqué, que, por cierto, fue el primero en ofrecerse para irse, pero que también “se queda”. Leo Messi ha preferido el rinconcito más humilde de su villa en ‘Castefa’, una silla de tijera y unas chanclas, para comunicarle al pueblo catalán, tras renegar de una de sus instituciones (eso nos duele mucho a los catalanes, mucho), que, va, venga, me quedo un año más. Ser felices. No sé qué pensará (de verdad) Ronald Koeman, pues el marrón que se come es enorme.

Messi ha explicado que está hasta las narices de Josep María Bartomeu, pero se queda. Se queda porque Thiago, uno de sus hijos, no entiende por qué tienen que dejar esta vida y cambiar de cole. El niño ve la tele, oye cosas, pregunta y le ha pedido a papá seguir en ‘Castefa’, no separarse de sus amigos del patio. Gracias, Thiago.

Todo lo que le dió en Barça

Eduardo Mendoza te lo agradecerá, pues el escritor dice que cualquier otro club hubiese podido dar a Messi lo que el Barça le ha dado durante estos 20 años. ¡Cualquier otro club! Y, sin embargo, Mendoza, según cuenta John Carlin, cree que ningún otro futbolista le hubiese dado al Barça lo que le ha dado la ‘Pulga’. ¿De verdad Mendoza sabe todo lo que el Barça le ha dado a Messi? ¿En serio lo sabe como para intuir (y/o afirmar) que el City, el PSG, la Juve, el Inter o el mismísimo Real Madrid se lo hubiesen aceptado (y tolerado) todo? ¿Tenían esos clubs a Pep Guardiola? ¿Tenían a Xavi Hernández Andrés Iniesta? ¿Tenían 'dream team'?

Después de todo este quilombo, de la esperpéntica presencia de papá Messi, de la seguridad, según ellos, de que se sentían libres, de que el contrato ni le ata ni le obliga a pagar la cláusula de 700 millones de euros, Leo perdona al Barça, promete olvidarse de todo y ponerse a jugar sin rencor. Messi le concede la libertad vigilada a ‘Barto’, que, con su patada a seguir, logra no ser el presidente que despidió, regaló, vendió o perdió a Leo Messi. Eso queda para el próximo presidente del Barça. Hábil maniobra, desde luego.

En el 2021, gratis total

Es posible que muchos de ustedes se crean esta historia. Están en su derecho. Pero, si quieren conocer la mía, que es la de un viejo de 68 años, que las ha vivido de todos los colores en esto del fútbol, se la contaré. No es tan agradecida como la de Eduardo Mendoza, pero, insisto, es fruto de lo que he vivido metido, muy a menudo, en el lodazal del fútbol: Leo Messi sigue en el Barça porque no tenía comprador, porque nadie lo quería al precio que figura en su cláusula (ni mucho menos), porque, contrariamente a lo que proponen sus sesudos abogados, no era libre (y lo sabían) y porque nadie quería pleitear con y por él, si dentro de unos meses podrá irse gratis. Por eso se queda Leo Messi. Por eso nos perdona, en chanclas. Por eso seguirá luciendo la camiseta del Barça.

Si le hubiesen dado la libertad que dicen sus abogados tenía, si hubiese avisado, no por burofax el 25 de agosto, sino por carta antes del 10 de junio, ahora llevaría ya 15 días entrenándose con el Manchester City, con Pep Guardiola, mientras en el parking le esperaría Manel Estiarte con el portafolios. Y el pequeño Thiago, muy a su pesar, hubiese tenido que dejar ‘Castefa’, el mar, la playa, los amigos, los colegas, el cole y comprarse unas buenas katiuskas y un buen paraguas para disfrutar del clima de Manchester.

Esa es la historia y así se lo contamos. Y mañana, o tal vez esta misma noche, papá Messi volverá a subirse al Gulfstream V, el jet privado de su hijo, con el 10 pintado en la cola, y regresará a Rosario tras haber cumplido la misión de decirle a la prensa, nada más llegar, que era “muy difícil” que Leo se quedase. También él nos perdona. Calcularon mal. No con el burofax, no, simplemente no tenían comprador, ni querían gastarse su dinero.