AL CONTRATAQUE

Pedir un imposible

A mí me gustaría que un día nuestros políticos alcanzaran cualquier acuerdo, pero confiar ahora en que esto es factible es una muestra de ingenuidad

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso, el pasado 22 de julio

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso, el pasado 22 de julio / periodico

Cristina Pardo

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Pedro Sánchez ha hecho un <strong>llamamiento a la unidad política,</strong> especialmente intenso en estos últimos días, con la imperiosa necesidad de sacar adelante por primera vez unos Presupuestos Generales del Estado. Sería maravilloso, si no fuera porque es un camino hacia ninguna parte. Hay que tener en cuenta que nuestros dirigentes no fueron capaces de tomar por unanimidad ninguna decisión importante en los momentos más duros de la pandemia. ¿Lo van a hacer ahora que ya no hay estado de alarma, ni mando único, ni miles de muertos al día?

Para empezar, Sánchez ha conseguido a duras penas negociar una postura única dentro de su Gobierno, con Unidas Podemos. Para seguir, porque el Partido Popular dice que no tiene nada que hablar con los de Pablo Iglesias, que ambas formaciones son incompatibles. Me sorprende que el portavoz de esa postura sea el recientemente ascendido, José Luis Martínez-Almeida. Es incoherente, teniendo en cuenta que él sí pactó con la izquierda en el Ayuntamiento de Madrid. ¿Qué nos está transmitiendo entonces? ¿Que a él sí le tienen que apoyar en su consistorio, pero todo es imposible fuera de él? Me parece que incurre en una seria contradicción. Por otro lado, Ciudadanos sí parece en disposición de negociar, aunque su buena disposición está trufada de reproches a Sánchez por pedir unidad y no practicarla. Luego está Unidas Podemos, que recela de Inés Arrimadas y además, no se fía de lo que Sánchez pueda pactar con ella. La formación morada preferiría a otros socios, que a su vez vetan a todos los partidos anteriormente mencionados. De Vox ni hablamos. Se supone que a estas alturas andarán preparando su moción de censura contra el Gobierno, destinada al fracaso desde el minuto cero.

Entonces, y dicho todo esto, ¿de qué hipotética unidad estamos hablando? ¿Hay alguien en el Congreso que a estas alturas todavía crea sinceramente que es un planteamiento realista? A mí me gustaría que un día nuestros políticos alcanzaran cualquier acuerdo, pero confiar ahora en que esto es factible es una muestra de ingenuidad o puro tacticismo. No sé qué es peor.