DOS MIRADAS

Pendiente abajo

En plena pandemia, el partidismo, la ideología y justicia social están en conflicto

Negocios cerrados en una calle de Barcelona, el pasado 30 de julio

Negocios cerrados en una calle de Barcelona, el pasado 30 de julio / periodico

Emma Riverola

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Llega septiembre, y se intuye el otoño. También la primavera pareció otoño. De tan oscura, de tan desconsolada. El coronavirus y sus cifras siguen encabezando la actualidad. Y todo va pegado a su cola. La salud, la economía, la educación, la cultura... la vida. Si la ley no cambia, los afectados por un erte desde marzo verán su paga reducida a la mitad. Otros estudian bajar la persiana definitivamente. Demasiados ya sienten el suelo inclinándose bajo sus pies. Eso es lo que ha hecho el virus, romper el inestable equilibrio en el que vivía-o sobrevivía- una mayoría. Todo torcido. Y la tristeza que no deja de rondar. Y la inquietud, ese bicho que se pega al estómago y al cerebro. Siempre ese maldito desasosiego.

Los partidos independentistas, con sus líos y sus recelos, difícilmente apoyarán los Presupuestos. Podemos y Cs juguetean con los vetos mutuos. El PP se pone de espaldas… En plena pandemia, el partidismo, la ideología y justicia social están en conflicto. O se encuentra la fórmula que haga contrapeso a la intemperie o la pendientese inclinará un poco más. Al fin, ética política o ruina social.