Escépticos

¿Y cuando tengamos la vacuna, qué?

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Judit Vall Castelló

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Desde la aparición de la COVID-19, tanto empresas privadas como instituciones públicas han multiplicado sus esfuerzos para desarrollar una vacuna segura y efectiva que permita alcanzar la tan deseada inmunidad comunitaria. En tiempo récord, varios grupos de investigación han obtenido resultados preliminares muy positivos y algunos de los ensayos clínicos se encuentran ya en las últimas fases de los protocolos por los que toda vacuna debe pasar.

Por esta razón, creo que es el momento clave para pensar qué pasará cuando la vacuna anti covid-19 esté disponible. La pregunta me parece extremadamente relevante, pues hay quienes afirman con rotundidad que no van a ponérsela; por ejemplo, en mi círculo de amigos, algunos de ellos científicos. Esta observación, anecdótica, hace que me plantee cuánta gente comparte esa opinión; ya que en tal caso, si hay un número elevado de personas que no están dispuestas a ponerse la vacuna, resultará imposible alcanzar la inmunidad de grupo.

Aunque no existen datos para el caso español, un grupo de investigadores de la Universidad de Wyoming ha publicado un estudio reciente basado en una encuesta representativa de la población estadounidense a la que contestaron 3.133 ciudadanos. El objetivo del estudio consistía en medir la disposición de los encuestados a ponerse la vacuna si esta ofreciera un nivel de protección del 60 % frente al virus (cabe destacar que el porcentaje es similar al de la vacuna contra la gripe común en un año bueno). Los resultados muestran que el 20 % no se la pondría; las principales razones que dan para justificar su decisión son las dudas que tienen sobre la vacunación en general (propias del movimiento antivacunas) así como las que albergan sobre la seguridad y eficacia de la vacuna anti covid-19 en particular (al tratarse de una enfermedad nueva).

La principal conclusión del estudio es que la vacuna, aunque puede salvar muchas vidas, no va a conseguir por sí sola la inmunidad comunitaria debido a las reticencias observadas entre la población.

Aunque el estudio se realiza en el ámbito de los Estados Unidos, la situación puede ser parecida en España, pues los últimos datos disponibles muestran que solo el 54 % de los mayores de 64 años se vacunaron contra la gripe común en 2019; y ello a pesar de que la vacuna es gratuita y de que este grupo poblacional está clasificado como de riesgo y, por lo tanto, la vacunación está altamente recomendada en esa franja de edad.

A partir de esta evidencia, considero imprescindible que las autoridades sanitarias sitúen al frente de sus prioridades lanzar una campaña de concienciación destinada a aumentar la confianza de la sociedad en el sistema de ensayos clínicos que siguen todas las vacunas, el cual permite garantizar la seguridad y eficacia de este mecanismo de protección. A su vez, la comunidad médica en el ámbito local (atención primaria y, sobre todo, médicos de familia) debe hacer un esfuerzo extra para transmitir a la población la importancia de vacunarse y el grado de protección social (no solo individual) que la vacunación permitirá alcanzar.

*Profesora del Departamento de Economía de la Universitat de Barcelona, investigadora del Institut d'Economia de Barcelona (IEB) y del CRES-UPF