Desde el Eixample

El pulso de Barcelona

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Maria Rubert

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Hay un silencio extraño, los árboles no brillan como hace unos meses. Las calles están vacías, las persianas de las tiendas bajadas, muchas con el cartel de 'en alquiler' o 'en venta'. Pocos 'runners' y pocas familias jóvenes. Se han ido muchos perros, que imagino están también de vacaciones. En torno al Clinic hay actividad pero más allá hacia el Ninot decae rápidamente. Parece que los vehículos circulen a mayor velocidad. En las aceras hay gente caminando sola, y otros que van al trabajo, sobre todo asistencial. Pastelerías y panaderías siguen abiertos, también los supermercados 24h con ventilador. Los autobuses siguen pasando puntuales.  Lo que ocurre aquí es relevante porque de algún modo sintetiza la fortaleza y debilidades del corazón de la ciudad.

La Esquerra de l'Eixample nunca ha sido un barrio. Es un conjunto de calles ordenadas, que acogen más población que Girona o Reus y el doble de Vic o de Figueres, donde se colocaron equipamientos que sirven al conjunto del país como el Clínic o la Escola Industrial y hasta hace poco el matadero o la cárcel Model, pero con los estándars de equipamientos locales más baja de Catalunya. Sin embargo es un barrio variado y activo, con menos carácter que Gracia o Sants, pero también con más diversidad de población y oferta comercial, con más servicios y empresas productivas. Un barrio con arquitectura ordinaria, sin monumentos ni estatuas, que puede mejorar con más espacios comunitarios, especialmente para mayores y niños, más riqueza y variedad comercial, menos presencia de los automóviles... No es inmediato ni fácil, pero estos meses de pandemia permiten reflexionar distinto. 

En torno a mi casa imagino la calle Urgell como un paseo verde hasta el mar y no como la explanada negra que da miedo atravesar. Un nuevo equipamiento público dedicado a usos cívicos y necesarios para el barrio en el actual Museo del Deporte, que no visita nadie, en la esquina Casanovas-Buenos Aires. La calle Villarroel como la Rambla del Poblenou, ya que tiene la misma anchura y sección, con un círculo verde en cada cruce. Y muchas cosas mas... Auscultar la Esquerra de l'Eixample es auscultar la salud y el potencial de Barcelona.