Opinión | Editorial

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El papel de los jóvenes en la pandemia

Culpar a todo un colectivo es injusto y erróneo. Si lo que se desea es que se cumplan las medidas sanitarias es más efectiva la concienciación

Agentes de las Guardia Urbana patrullan por las playas de Barcelona para impedir botellones nocturnos, el pasado 23 de julio

Agentes de las Guardia Urbana patrullan por las playas de Barcelona para impedir botellones nocturnos, el pasado 23 de julio / periodico

Es erróneo considerar a los jóvenes, sin matices y tomados como un colectivo homogéneo, como los culpables de los rebrotes del covid-19. La tentación de buscar alguien a quien endosar el casi monopolio de la culpa, en un problema complejo y con muchas variables, es simplista además de equivocado. Señalar a todo un grupo social, sin tener en cuenta la diversidad de circunstancias y realidades, es injusto. Dicho esto, hay que recordar cuáles son las cifras de contagios en cada cohorte de edad en esta segunda fase de la pandemia. Y que los jóvenes, como cualquier otro miembro de esta sociedad, también tienen su responsabilidad individual en la evolución de la pandemia y no deberían ser ajenos a la solidaridad colectiva que desde todas las instituciones se pide para contener la enfermedad.

Los rebrotes surgidos en reuniones sociales y fiestas nocturnas, así como las imágenes de botellones sin respetar las medidas sanitarias, han provocado reacciones de repulsa por el temor de perder todo lo logrado tras meses de sacrificio. Bajar la guardia ahora podría volver a poner al límite al sistema sanitario. Pero si lo que se desea es que sigan las recomendaciones de mantener la distancia social, evitar aglomeraciones y llevar mascarilla, es mucho más efectivo optar por la pedagogía, con una claridad y coherencia que muchas veces no ha estado presente, que por la vía sancionadora. Y no está de más escucharles.

EL PERIÓDICO ha entrevistado a chicos y chicas menores de 23 años que explican cómo están viviendo la pandemia y cómo se sienten siendo el centro de las críticas. Sus opiniones son tan variadas como sus experiencias vitales, pero todos comparten la misma idea: es injusto que se les coloque en el mismo saco. Y no les falta razón: ni todos los jóvenes se saltan las medidas contra el covid-19, ni son solo jóvenes los que lo hacen.

Los nacidos en el siglo XXI se encuentran ante un mercado laboral que les cierra las puertas , una crisis económica que nubla sus proyectos de futuro cuando apenas han echado a andar, y acaban de pasar un confinamiento que ha acentuado sus ganas de socializar. Tacharlos sin más de irresponsables, sin siquiera entender sus razones, no lleva a ninguna parte