FIGURA RESCATADA DEL OLVIDO

El homenaje pendiente a Clotilde Cerdà i Bosch

Niña prodigio del arpa, feminista 'avant la lettre' y pionera en la lucha por los derechos humanos, merece un tributo como la exposición del Palau Robert

Clotilde Cerdà, en una foto incluida en la exposición que le dedica el Palau Robert

Clotilde Cerdà, en una foto incluida en la exposición que le dedica el Palau Robert / periodico

Mireia Mata

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Viajó por todo el mundo y recibió el reconocimiento de los más altos dignatarios. Fue reconocida como la mejor intérprete de arpa por las élites musicales y artísticas de su tiempo. Defendió las más altas causas de los derechos humanos: la abolición de la esclavitud, el derecho a la libertad de los pueblos, la igualdad entre mujeres y hombres. Y no s0lo lo hizo de palabra, sino actuando toda su vida de manera coherente en sus acciones. Vivió a finales del siglo XIX y fue una mujer. Si te estás preguntando cómo no conoces el personaje, la respuesta está probablemente en la última de las descripciones. Era una mujer.

Clotilde Cerdà i Bosch, extraordinaria y avanzada mujer no en años sino en siglos a su tiempo, y durante años y años borrada de la memoria colectiva se explica ahora en una exposición más que recomendable en el Palau Robert de Barcelona y que se puede visitar hasta el próximo 4 de octubre. Vale la pena.

Una vida a conocer y reconocer

La vida de una mujer que a los 6 años era un prodigio como solista de arpa, que se declaró abolicionista de la esclavitud y la pena de muerte, que apoyaba la causa independentista de Cuba, firme defensora de los derechos de las mujeres que en 1885 -a la edad de 24 años- destinó parte de su fortuna personal a la creación de la Academia de Ciencias, Artes y Oficios en Barcelona, para que las mujeres adquieran conocimientos científicos, técnicos y artísticos que les permitan trabajar fuera del hogar y no depender de nadie, es una vida a conocer y reconocer. Y no solo eso. Debemos rendirle un homenaje, como feminista 'avant la lettre', pionera en la lucha por los derechos de las mujeres y los derechos humanos.

¿Cómo puede ser que hasta ahora no haya sido conocida por el público en general? Encontraremos una explicación en un escrito que fue dirigido por el secretario de la Reina Regente de España, María Cristina: "Yo creí que usted aspiraba a tocar muy bien el arpa o a lo sumo a ser una gran artista; […] pero un día aparece usted en Cuba, como queriendo resolver por su influencia el problema de la esclavitud, y presidiendo manifestaciones y juntas que nada tienen que ver con el arte; y ahora la veo a usted erigida en protectora de la clase obrera catalana y de la educación de la mujer".

Está claro. Tocando el arpa, e incluso aspirando a ser un artista, todavía. Trabajar por la sociedad, por la clase trabajadora del país y la educación de las mujeres… eso fue demasiado y Clotilde pagó por ello. Con la ignorancia y el vacío social en su momento, y con este silencio que ha durado casi un siglo y afortunadamente el Palau Robert rompe con este homenaje.

Ah. Y tampoco era hija de Ildefons Cerdà. Porque las grandes personas, incluidas las grandes mujeres, no son "hijas de", ni "mujeres de" ni "madres de". Son ellas mismas. Visitad la exposición, que todo queda muy claro.