Opinión | Editorial

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Evitar nuevos confinamientos

Conviene reforzar las medidas de protección y no bajar la guardia en vacaciones para no hipotecar el futuro con restricciones más severas

Controles de acceso a Lleida en la carretera N-240

Controles de acceso a Lleida en la carretera N-240 / periodico

Las perspectivas de un confinamiento similar al que vivimos durante el estado de alarma han planeado sobre nuestras cabezas a raíz de las noticias más alarmantes de las últimas semanas. Cuando podíamos pensar que estábamos ante una especie de paréntesis, al menos un periodo de una cierta relajación, nos encontramos de golpe con restricciones como la de Lleida, el Segrià o el área metropolitana de Barcelona, y con datos ciertamente preocupantes sobre el aumento de contagios en otras zonas. La hipotética segunda ola de la epidemia se cernía como mal augurio mucho antes de lo previsto, con las consecuencias sabidas sobre el sector del turismo y de servicios. 

Aun a pesar de las buenas noticias que llegan de Lleida (con el levantamiento del confinamiento perimetral) y de los avisos del Departament de Salut con datos más optimistas sobre Barcelona, el concepto básico sigue siendo no bajar la guardia, puesto que los peligros de la transmisión comunitaria y del supuesto colapso sanitario tendrían consecuencias muy negativas para el conjunto de la población y para el futuro económico. 

Desde cualquier punto de vista, un nuevo confinamiento sería desastroso, tanto para la ciudadanía como para la evolución de los sectores básicos. Es por ello que conviene reforzar todas las medidas de protección y seguridad, más aun entrando en el mes de vacaciones por excelencia. Por un lado, la movilidad en el territorio más cercano es conveniente para que el turismo se resienta lo mínimo, pero con las precauciones expresadas por las autoridades sanitarias. Compaginar el ocio con la responsabilidad colectiva no es un asunto fácil en muchos casos, pero es de vital importancia para el futuro inmediato. Asumir este compromiso solidario, aun con los inconvenientes que puede generar, es en cierta medida una garantía imprescindible de supervivencia para los meses que vienen. Seguir las recomendaciones –distancia, limpieza, mascarilla, evitar aglomeraciones– es una necesidad y una inversión. Necesidad, por cuanto la ciudadanía debe asumir la responsabilidad; e inversión, porque evitar hipotéticos confinamientos permite confiar en una cierta normalidad, libre de las restricciones más severas.