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El mar de Rafel Nadal

Al acabar de leer 'Mar d'estiu. Una memòria mediterrània' he entendido por qué Nadal dejó una posición privilegiada en el periodismo. Emprendía otro de sus viajes

Rafel Nadal, en un céntrico hotel barcelonés.

Rafel Nadal, en un céntrico hotel barcelonés.

Joan Tapia

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Una nota de Catalunya es la influencia –incluso durante el franquismo– de algunas familias numerosas, burguesas y catalanistas. Una es la del cirujano Moisés Broggi. Otra, los Nadal de Girona. El más conocido es Quim Nadal, alcalde del PSC durante muchos años y que fue candidato a la Generalitat contra Pujol. Quim Nadal es un referente de los que querían un PSC abierto al soberanismo. Pero el primer Nadal que conocí fue el historiador Jordi Nadal Oller, discípulo de Vicens Vives, que marcó a toda una generación con sus geniales cursos de historia económica. Me hizo leer a Carlo Cipolla, Gordon Childe... Y Jordi Nadal es tío de Quim Nadal Farreras, el exalcalde, de Rafel Nadal Farreras y creo que de unos nueve hermanos mas. 

Rafel Nadal estuvo muchos años en EL PERIÓDICO –primero junto a Arturo San Agustín y Jordi Mercader- en un eficaz equipo de márketing. Luego como director del diario, tras Antonio Franco, durante la discusión del Estatut del 2006 y la presidencia de José Montilla. Entonces lo traté a fondo –yo había empezado a colaborar en este diario con Antonio Franco– y hablamos a fondo sobre los efectos que la sentencia del Constitucional iba a tener sobre el futuro de Catalunya y de España. Un día me dijo: «la cuestión no es que Girona sea independentista, sino que ya se siente independiente». Le ha pasado después a media Catalunya. 

Reinventarse a los 56 años

Luego, con su habitual autoconfianza, me comunicó que dejaría la dirección del diario. Quería hacer otras cosas. Pensé que reinventarse a los 56 años era una aventura incierta. Hoy es un escritor de éxito con libros y novelas vinculadas a la vida catalana como ‘Quan érem felicos’ (premio Josep Pla 2012), ‘Quan dèiem xampany’ o ‘El fill de l’italià’. Ahora ha publicado ‘Mar d’estiu. Una memòria mediterrània’, uno de los más vendidos este extraño San Jordi y que acabo de leer. 

Es una mezcla de apuntes personales y de viajes. Desde sus recuerdos de verano en la playa de La Fosca (Palamós), como el despreocupado hijo de una familia ‘benestant’, hasta sus disfrutados viajes (Chipre, Estromboli, Hidra…) por el Mediterráneo. Y vuelve a La Fosca para contar una historia chocante. Poco después del fin de la guerra civil, una buena nadadora, Fina Dalmau, hija de diputado republicano exilado, salvó la vida, arriesgando la propia, de quien resultó ser el director general de seguridad de Franco. También destaca un retrato muy personal de Salvador Dalí a través de varias cenas de ‘gironins’ en Port Lligat.

Al acabarlo he entendido por qué Rafel Nadal dejó una posición privilegiada en el periodismo. Emprendía otro de sus viajes. Y lo disfruta con el mismo impresionismo con el que retrata la Nicosia partida por el conflicto entre griegos y turcos. 

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