DOS MIRADAS

El peso de la casa

La crisis ha golpeado más a las mujeres, por lo que no es de extrañar que la fatiga y el pesimismo sean mayores también en este colectivo

Una mujer ayuda a su hijo a hacer los deberes, el pasado 15 de abril, en pleno confinamiento, en Madrid

Una mujer ayuda a su hijo a hacer los deberes, el pasado 15 de abril, en pleno confinamiento, en Madrid / periodico

Emma Riverola

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Todos a casa, animaba u ordenaba la portada de EL PERIÓDICO del lunes 16 de marzo, cuatro meses ya. Fueron los días de las correrías al supermercado, del lineal del papel de wc vacío, de los planes para llenar la quincena. Las mochilas del colegio también se quedaron en casa. Y aparecieron la harina, el azúcar y los huevos. Pasteles, panes, mil y una recetas. Unas vacaciones escolares improvisadas, parecían. El teletrabajo se instauró y los padres cursaron másteres en conciliación.

Después supimos que son ellas, las madres, sobre las que recayó el grueso de los cuidados. También en las que teletrabajan. Las jornadas se tornaron extenuantes. Estresantes. Los meses han pasado, pero la crisis sigue golpeando a las mujeres. Solo el 14,6% de las mujeres han vuelto a ocupar el empleo que se destruyó por el estado de alarma, frente al 43% de hombres que han recuperado su trabajo. La sensación de fatiga, de falta de ánimo, de pesimismo también es más superior en las mujeres. Nada es nuevo, y por eso da miedo: el peso de la casa, de los cuidados, el temor a perder la independencia… Ese eterno no llegar a todo.